domingo, 28 de abril de 2013

CAMINO NATURAL HOYA DE HUESCA, 1ª etapa (Bierge – Nocito)


Hace tiempo que teníamos ganas de hacer este camino al completo, en parte lo hemos ido haciendo por tramos en nuestros entrenamientos de fin de semana, pero esta vez lo queríamos hacer del tirón, en dos etapas, la primera Bierge- Nocito, y la segunda Nocito- Agüero. Los planes eran hacerlo en un fin de semana, y a ser posible con un grupo de gente amplio, pero la idea, por una cosa o por otra, no ha cuajado, y solo acudimos a la cita tres: Oscar Plasín, Martin y Carlos, el menda.

Pero esto no nos hizo desistir, así que mantuvimos la cita, y el sábado 20, día en el que tuve que soplar las velas, como todos los años, nos dimos cita en el lavadero de Siétamo.
Ana, la mujer de Martin, nos acercó a la presa Bierge, donde a eso de las 8.15 horas de la mañana empezamos nuestro Camino Natural.  

Contentos de afrontar esta pequeña aventura, y con un sol que parecía que quería acompañarnos, nos dirigimos a Bierge, entramos en el pueblo y, por una pista  y siguiendo las indicaciones del Camino, bajamos  a “El Juntadero”, a 4,2 Km. de Bierge.


"El Juntadero"
Un lugar precioso, el río Formiga une sus fuerzas al Alcanadre para hacerlo aun más fuerte. Subimos por su margen izquierda para cruzar el Formiga e ir adivinando la silueta de Casbas, nuestro próximo destino, habíamos recorrido algo más de 7km.
Aquí tocaba parada, quitarnos ropa, picar un poco y por supuesto posar junto al monasterio de Ntra. Señora de La Gloria, un joya de capa caída, que con el tiempo, el abandono de sus moradoras y la crisis, no anuncia un futuro halagüeño.
San Miguel de Foces

Nuestro Camino sigue, y en un “plis”, llegamos a Sieso de Casbas, un pequeño pueblo, conocido entre otras cosas por su Queso y derivados, unas exquisiteces que en esta ocasión no degustamos. Después de pasar por el centro del pueblo, salimos por la pista, para en no mucho tiempo llegar a otra joya de nuestro patrimonio, San Miguel de Foces, aquí nos encontramos con un autobús de “turistas” que estaban recibiendo una explicación de esta bonita Iglesia.

Seguimos ruta para plantarnos en apenas 2km en Ibieca, y como hasta el momento, ningún alma que pudiera presenciar nuestra “hazaña”, cruzamos el pueblo pasando al pie de su Iglesia, dedicada a San Clemente, para salir por una pista junto al cementerio con dirección a Arbaniés, camino que coincide con el “camino de las Fuentes”, que en numerosas ocasiones hemos transitado, pero esta vez nos desviamos por una corta pero preciosa senda a Sipán, antes de llegar a este pequeño pueblo, cruzamos el Guatizalema por un bonito puente, y cruzamos la A-1227 por un  camino entre muros de piedra y carrascas.

Nos plantamos en la pista que nos dejara en Ayera, pero antes, disfrutamos de las estupendas vista de los campos de cereal, con su verdor, y de los tan de “moda”, este año, campos de colza, con su amarillo, que destaca sobre todos los demás.
entre campos de colza



En el final de la pista, y a escasos metros de la población, pasamos al pie de los restos de la ermita de San Esteban, en un tozal rodeado de carrascas y de sepulcros tallados en piedra, así como de un arcos, restos de lo que fueran en su día unos silos para meter el grano.

Ermita de San Esteban
Hasta aquí el recorrido resulto bastante bonito, llevadero, y hasta divertido pero el tramo que nos separaba de Santa Eulalia, se me hacía bastante pesado, tenía muchas ganas de llegar y tomarme un buen tentempié.

Atravesamos Ayera, y salimos por una pista, que como digo resulta muy aburrida, a medio camino observamos lo que va quedando de la ermita de San Fertús (s. XII), divisamos en la lejanía nuestro próximo punto de parada, Santa Eulalia, así como Castilsabás, que pasamos, extrañamente, sin entrar en él, dejamos la ermita del Viñedo a nuestra izquierda, y comienza una ligera subida que por lo menos a mí se me hace muy pesada, y que hacemos prácticamente andando, salimos a la carretera, y afrontamos corriendo los poco más de 1,5km. que nos separan del pueblo.

Por fin llegamos al pueblo, agua y bocata, calman en parte el cansancio de los últimos tramos de pista, por lo menos en mi caso, Oscar iba sobrado, esta en otra liga…y Martin poco a poco iba sintiendo cada vez más partes de su dolorido cuerpo.

En la plaza del pueblo tenemos tiempo de relajarnos y recibir los rayos de un sol que te hace pensar si seguir, o quedarte un rato más en el banco.
Como digo, Oscar esta como una rosa, Martin, tiene algunos dolores en su rodilla, y yo, nada especial, una herida en un dedo, que con una tirita queda apañado y olvidado, y con todo esto...
 
Comenzamos un tramo que es muy bonito, duro y conocido, por las innumerables ocasiones en las que lo hemos realizado. Una subida que aprovechamos para seguir hablando, hasta llegar al pie de Espiellos, y tomar la larga pista que llega a Vadiello, en esta bajada, que siempre se me atraviesa, veo como Martin y Oscar se van alejando, aprovecho para sacar fotos y relajarme bajando,. Pocos metros antes de salir a la carretera, esta Oscar esperándome y tras interesarse por mi estado y comprobar que estoy bien, seguimos ruta. Después de cruzar el arroyo que nos separa de la carretera, nos encontramos  en una pared con dos escaladores, uno de ellos era uno de nuestros acompañantes en la ruta nocturna de hace unos meses a las Calmas y al Pico del Aguila, tras conversar unos minutos, seguimos nuestra ruta por la carretera, para plantarnos en el pantano de Vadiello, nos cruzamos con algún “dominguero” y después de cruzar los túneles, nos dejamos caer en unos bancos para tomar algo.

 

aunque no se vea, esta, esta...
El tramo que nos espera, es de los más bonitos de esta primera etapa, pero con el calor que empieza a apretar, nos va a resultando cada vez más duro ir avanzando, en especial a Martin, Oscar iba volando, y yo iba a “trompicones”.
 

Casi desde un primer momento, Oscar se distanció y ya no lo vimos más, Martin se iba quedando y, yo, lo iba esperando, disfrutando de unos minutos de descanso, y de paso hacía alguna foto mientras observaba del paisaje, con un pantano lleno hasta los topes.

Después de los subes y bajas, y los pasos por las pedreras, me planté en el paso del Guatizalema, el día acompañaba, así que me descalcé, y mientras disfrutaba de las bonitas vistas esperando a Martin, me refrescaba los pies.
una buena pedrera...
Llegó Martin renqueante y un poco dolorido, así que aprovechamos para descansar un poco y avituallamos, para cruzar y remontar el río.
que vistas eh
cruzando el Guatizalema

Emprendimos la subida con ánimo, pero se hacía larga, Martin pensaba que en un momento nos libraríamos de los continuos repechos, pero yo recordaba, que en otras ocasiones se me había hecho más largo de la cuenta, y además llevábamos unos cuantos Km. encima.
vistas sobre el Guatizalema

A partir de aquí fuimos prácticamente todo el rato juntos, la subida como digo, se nos hizo eterna, pero en la bajada disfrutamos de las magníficas vistas, del verdor de la Sierra, del blanco de los endrinos, y del bonito espectáculo que nos ofrecía las aguas del Guatizalema.
subiendo, subiendo...
endrinos a nuestro paso

ultimo tentenpie antes de bajar a Nocito
A unos cuatro o cinco Km. me distancié un poco de Martin y entré en Nocito por la parte de arriba, las primeras gentes que vi, me informaron de que Oscar se había tenido que bajar a Huesca por un asunto familiar grave, y después de unos momentos de charla fui a buscar a la familia, que según me comentaron estaban por el pueblo buscándonos, bajé a la parte baja del pueblo y vi como llegaba Martin por el otro camino.

Nos reunimos con la familia y disfrutamos de una ansiada comida, tras la cual realizamos una pequeña excursión al Santuario de San Urbez, los niños, y también, los mayores, nos lo pasamos en grande, y en el transcurso del camino, decidimos dejar  la segunda etapa para otro día, dadas las circunstancias…

Ya avisaremos con tiempo para que podamos juntarnos unos pocos más y disfrutar de los Km. que nos separan de nuestro final…Agüero, y así podamos dar por finalizado nuestro Camino Natural de La Hoya de Huesca.

 ¡Ah!, esta primera etapa de unos 55km. nos costó a los más lentos, unas 8 horas, incluyendo, fotos, turismo, y avituallamientos…

martes, 23 de abril de 2013

Santa Cilia - Tozal de Guara


(13/04/2013) 

Nos dirigimos a Santa Cilia de Panzano y, tras dejar atrás el pueblo dejamos la furgo al pie del panel informativo. Nos pertrechamos con una manga larga y los frontales, y comenzamos la subida a paso charlada, los cuerpos no estaban para muchos trotes y nos lo tomamos con calma, disfrutando de las bonitas vistas sobre toda la Hoya y buena parte del Somontano y, en la lejanía, Zaragoza.
Aprovechamos la subida para arreglar el mundo, y de paso planificar las carreras a las que pensábamos ir.
Por la noche, esta ruta podemos decir que es bonita, ver todas esas lucecitas de los infinitos pueblos, pueblitos y granjas, de las que apenas puedes poner nombre.

Subir, subir, y subir, pasando junto al barranco Agón, seguimos subiendo frente al Tozal de Cubillas, llegamos a las balsas de Fondarrés , a estas horas ni las ranas croaban.

Cuando llegamos al Collado de Vallemona ya habíamos alcanzado los 1.800 metros, aquí tomamos picamos algo y algunos se abrigaron un poco, en minutos y con un poco de intuición nos plantamos junto al Pozo de nieve del Duque.
aquí estoy yo...

La subida seguía, y el camino por momentos se pierde, tras pasar junto a los 1.962 metros que tiene la cima que precede a Guara, el aire se notaba más frío, pero se aguanta más o menos, aumentando el ritmo para entrar en calor, ya que si te paras te quedabas pajarito.

En este  último tramo nuestra atención debía ser máxima, estábamos muy cerca de la cima y en el camino cruza neveros que aun resisten, y que tienen su peligro, un patinazo y no sabes donde puedes acabar. Un último nevero, con más peligro de lo que parece, y ya estamos en la cima.
Nos abrigamos, aquí sí que pegaba bien el viento, tomamos un tentempié, dejamos la firma en el libro a las 23.45, sacamos unas fotos, apagamos los frontales un ratito para ver las estrellas…y para bajo a toda pastilla.

En algún tramo estuvimos a punto de tener algún despiste, y en Vallemona tuve que ponerme unos guantes más que me dejo Michel, empezaba a no sentir los dedos, y no tenía ganas de que me pasará lo de Nocito de hace un mes, en el que estuve casi una hora sin sentir el dedo meñique. Según íbamos bajando, entraba en calor, y el aire se tornaba más caliente, la ropa sobraba, y los guantes también.
vaya noche

El ritmo iba aumentando según nos acercábamos a la furgo, y después de una buena trotada llegamos al lugar de partida, en menos de 4 horas. Ahora solo quedaba cambiarse de ropa y regresar a Siétamo para despedirnos de nuestros acompañantes, Roberto y Michel hasta  otra ocasión.



se acabó



domingo, 14 de abril de 2013

Tríptico de la carrera


Aquí tenéis el tríptico de la carrera, en el se pueden ver el reglamento de la carrera, así como la forma de inscribirse, premios, categorías, etc.



sietemillasdesietamo (blog)



jueves, 4 de abril de 2013

Canillas de Albaida -Pico del Lucero



Para empezar bien Abril, quedé el primer día del mes con Paco, una maquina de Velez que me suele sacar por estas tierras a correr, a él no le gustan los carriles que rodean a Velez, así que salimos a los parajes que nos rodean, estas navidades me llevó a La Maroma, y en esta ocasión le tocaba al Lucero.

Quedamos a las 10 de la mañana, así que me fui andando hasta el parque de bomberos donde quedé para ir en su coche hasta Canillas de Albaida donde comenzaría la ruta, dejamos el coche en la fábrica de la luz.

Sobre las 11.15 comenzamos la subida, el primer tramo atravesando las aguas el río era precioso y divertido, había que pasarlo varias veces de un lado a otro, a punto estuvimos de mojar los pies en más de una ocasión, cuando salimos del barranco fuimos ganando altura y nuestro ritmo tuvo que bajar, pasamos junto a un alcornoque centenario, y unos campos de nogales, nunca había visto tantos juntos.
impresionante alcornoque
El paisaje se abría poco y el sol nos calentaba poco a poco, cuando las fuertes rachas de viento le dejaban. 
llegando al carril, al fondo La Maroma

La subida se hacia más técnica hasta que llegar a un enorme carril que apenas pisamos, salimos de él acosados por un fuerte viento. Enseguida llegamos a los 1400 metros de altitud, o por lo menos eso decía un cartel que indicaba que estábamos en el Puerto de Competa, no tengo claro si este punto es el mismo que el Puerto del Blanquillo o si este es el cruce con el carril.

Al parecer aquí pasamos a la provincia de Granada, desde este lugar las vistas son magnificas, vemos un lado la parte de la provincia de Málaga y de otro la de Granada.
Pantana de Bermejales

El pantano de Bermejales se dejaba ver a lo lejos, bajamos y nos topamos con una cantera abandonada, el paisaje había cambiado y nos adentramos en una pista que circulaba por un pinar, la cual tendríamos que abandonar para coger el sendero Raspón de los Moriscos, aquí el paisaje cambiaba nuevamente, dejamos paso a los bosque de pinos para entrar en un conglomerado de rocas y agujas. El sendero, aun más técnico, pero divertido, ofrecía unas vistas que se hacían cada vez más y más bonitas según ganábamos altura, y las rachas de fuerte viento nos obligaban por fin a ponernos ropa de abrigo.
ya queda poco
Queda poco para llegar, allá en lo alto divisábamos lo que parecería una casa, y que en realidad es una sola pared de lo que fuera en tiempos un cuartel de los civiles para controlar el estraperlo.
heepa... que me caigo

La subida se hacía más sencilla de lo que en un principio pudiera parecer, y con unas cuantas “charladas” nos dimos de bruces con la pared que coronaba la cima.
 
La verdad las vistas eran estupendas, estuve atento a las explicaciones de Paco, diferentes sitios y lugares, unos conocidos por mí y otros de los que ya me he olvidado, rutas para otras posibles salidas y otras realizadas ya como La Maroma.

Después de un picoteo y de unas fotos para plasmar el momento, comenzamos la bajada, el viento seguía acariciándonos con sus fuertes rachas, pero según íbamos perdiendo altura el abrigo sobraba y nos tuvimos que desprender de alguna capa.
La bajada fue más rápida, las fotos y el paisaje ya habían formado parte de la subida y ahora tocaba disfrutar de la velocidad bajando.
En un “pispas” estábamos estirando y tomando sorbos de agua en lo que había sido nuestro comienzo, La Fábrica de la Luz.

En resumen, bonita salida para conocer nuevos lugares, en un día estupendo para correr, de los pocos buenos que han salido en estas largas vacaciones de Semana Santa.

¡Gracias! Paco por estos paseos.







Kedada Montes de Málaga

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Días atrás había quedado en acudir a la Kedada que había propuesto Fermín, del foro trailrunnigmalaga, habían quedado a las 8 de la mañana del viernes 29, me apetecía mucho, por lo menos cuando me comprometí a ir, ahora que se acercaba la hora, la mente decía que sí, pero el cuerpo esta para otra cosa, después del llegar a Velez el Jueves Santo a la hora del postre, y tener tiempo apenas de vestirme para ir a las procesiones, dormí escasamente cinco horas, y claro, me esperaban casi 50km, pero si en las carreras los kilómetros no son problema, aquí no lo iban a ser unas horas de sueño.

El despertador sonó a las 7, preparo la mochila, y un yogurt y cuatro galletas me dieron la fuerza para coger el coche e intentar llegar sin confundirme al polideportivo de Ciudad Jardín, afortunadamente llegué a la primera, allí estaban los valientes esperando, aparque bien le coche, y me presenté a los cinc@ valientes, Fermín llegó el último y, tras comprobar que estábamos todos y que ninguno más se había apuntado a última hora, dimos unos minutos de cortesía e iniciamos la marcha.
¿Empezamos?
En apenas unos minutos pasamos del ladrillo especulativo, a un monte verde, me quede sorprendido, llevo muchos años viniendo a estas tierras de vacaciones y no me podía imaginar que a las puertas de Málaga capital hubiera semejante vergel.

Entramos por un portón de piedra que daba paso como digo un verde pinar, por una pista ascendente fueron pasando los kilómetros, según nos íbamos adentrando te ibas dando cuenta de la variado de la vegetación, no todo eran pinos y más pinos, encinas, alcornoques y por supuesto mucho romero y si te fijabas bien esparragueras, daban colorido al monte.

Aproveché los primeros kilómetros para entablar conversación con todos ellos, uno rato con unos y otro con otros. El ritmo era suave, así que pude disfrutar del paisaje enormemente, según íbamos ganando altura las vistas eran increíbles.
aquí nos dejan dos...
Después de ganar altura empezó una bajada que acabo en lo que en otras ocasiones era un barranco seco, pero en esta ocasión necesitaba de un salto considerable para no mojarte los pies. En este punto dos componentes de la kedada se dieron la vuelta, no disponían de mucho tiempo, entre lo que habíamos recorrido y lo que les quedaba con la vuelta, ya les bastaba. Así que chicamarinz y creo recordar que Manuel, nos dejaron hasta otra ocasión.

Los cinco magníficos, seguimos la ruta, ganábamos de nuevo altura poco a poco, para llegar a la famosa “valla” de la discordia, una valla en medio del camino impide a los paseantes y ciclistas seguir su ruta, pero a nosotros solo nos ocasionó el tener que ingeniárnoslas para buscar el paso que “los animales del campo” realizan en la valla para poder pasar.

Tras recorrer un tramo de pista en muy buen estado, tenemos que buscar otra vez el paso en la valla para salir, en esta ocasión la valla esta llena de parches y pegotes, puestos por un sitio y por otro, unos soldados, otros atortillados y otros enganchados con alambres, vaya tela. Pero “siguiendo los rastros de alguna cabra montesa” pudimos saltar de nuevo la valla. Los más increíble de todo es el cartelito de parque natural que hay a un metro de la valla, y encima cara adentro, vamos, que para leerlo tienes que venir de dentro de la finca o pegarte a la valla.

La valla nos robo solo unos minutos de conversación, pero enseguida nos olvidamos del tema y disfrutamos del paisaje y de la conversación, yo iba atento a las explicaciones de todos, especialmente a las de Fermín, que me describía los lugares por los que íbamos pasando y los que se veían en la lejanía.
La pista bajaba y como durante casi todo el camino nos acompañaba el sonido del agua que discurría por los arroyos, llegamos a uno en el que una fuente afloraba, y en esta ocasión aprovechamos para llenar los bidones, esta experiencia no sé cuando la volveremos a disfrutar, porque según Fermín, en pocas ocasiones lleva agua.
Paco posando
Los kilómetros pasaban y pasaban, unas veces tiraban Lolo y Paco, y otras me juntaba con ellos, Fermín y nuestro compañero venezolano iban un poco más retrasados, Fermín quería ir tranquilito, ya que va a ir a Ronda y no quiere pasarse de vueltas.
¿dónde estamos?...¿dónde vamos?...
 
En una de las duras subidas me adelanté con Lolo y Paco, y decidí tirar un poco solo, la verdad que este tramo de pista era largo y tiraba bastante “parriba” cuando faltaba poco decidí parar y aprovechar para tomar un pequeño tentempié, al poco rato llegaron Lolo y Paco, nos abrigamos un poco porque parecía que iba a llover y esperamos la llegada del resto. Fermín fue el primero en llegar, nos dio el gps y dijo que siguiéramos, que nuestro compañero el bolivariano venía un poco tocado, ellos atajarían por un cortafuegos para de nuevo enlazar con nosotros o quedar en la venta en la que finalizaba la ruta.
esto nunca lio veremos...
Según subíamos, las vistas resultaban más impresionantes, de ver toda la costa malagueña en dirección oeste, pasamos a ver la parte norte de los montes de málaga, torcal de Antequera, y finalmente las Sierras de Tejeda y Almijara con su cumbre más emblemática y alta de la provincia, La Maroma.
Pero antes de esto, nos quedaban kilómetros que patear, después de una pista en forma de herradura en la que apreciamos el cortafuegos por el que más tarde pasarían el resto de nuestros compañeros de batalla, Paco nos enseñó la venta en la que finalizaba nuestro “paseo” de casi 50km., cerca parecía la cosa, pero el camino giraba y giraba para adentrarse de nuevo en el monte y perder de vista nuestro objetivo final, vimos el final del camino por el que se supone que saldrían el resto de la expedición, y seguimos bajando y bajando, sabiendo que tendríamos que ganar todo lo que habíamos perdido y algo más.
Cuando llegamos al fondo de la vaguada empezaba una ligera subida, que poco a poco ganaba y ganaba altura. En una de estas vimos fugazmente a nuestros compañeros y nos quedamos más tranquilos, pues no sabíamos si el venezolano se había recuperado o el hombre del mazo le había dado otra vez.
Lolo y Paco llegando
Nosotros tres llegamos a la Venta del Lobo y lo celebramos con unas fotos, y disfrutando de unas vistas estupendas de Comares, Canillas, La Maroma, Torre, y una infinidad de pueblos, estuvimos esperando un rato para acomodarnos en la mesa y disfrutar de los estupendos manjares que servían en esta Venta. Después de un rato de conversación llegaron los componentes de la kedada, y aun hicimos un rato de espera para que llegara la mujer de nuestro valiente venezolano, un simpática malagueña que alegró aun más la estupenda comida, que fue el colofón a un día estupendo.
escoltado por Lolo y Paco en la Venta del Lobo

platos de los montes al completo...pedazo avituallamiento

el mejor momento...una buena compañia con buena comida