viernes, 22 de abril de 2016

Osan Extrem 2016


Lo que empezó en su día como una “chaladura” del Gran Javisa, a la que respondió la simpática Saioa, se ha convertido en una autentica aventura a la que este año han respondido 18 ultracorredor@s(Javisa, Saioa, Pau, Scofield, Hector, David, Jordi, Oscar, Marcos, Plasin, Edgar, Angel, Roberto, Antonio, Martin, Toño, Lorenzo, Alvaro y el menda) y cinco asistentes (Teo, Viteri, Silvia, Lorena y Andrea) con dos furgonetas, una pasada.

Lo que se iba cociendo los meses antes de la aventura daba miedo, crecía sin parar, y sin darnos cuenta se había montado una logística que bien la quisieran tener muchos ultras.

El sábado a las 20.30 estábamos 18 personajes disfrazados con mochilas, gorras, chubasqueros y vestimentas de lo más variopintas, dando colorido a la solitaria intermodal de  Huesca, con dos furgonetas en las que íbamos metiendo, con un orden militar, marcado por el sargento Teo que se encargaba de tenerlo todo bien ordenado y controlado para una perfecta asistencia, en la otra furgo, íbamos metiendo las aportaciones para los avituallamientos…increíble!, daban miedo, creo que podíamos haber pasado todo el mes corriendo con lo que había, y luego además, celebrarlo, porque no faltaba ni el whisky.

Con cierta incertidumbre por el tiempo y tras un discurso de Teo por el bien de todos, nos dirigimos hacia el casino para  hacer la foto oficial, y tras los gritos de Teo “q somos? Jabalís o personas?, somos jabalís!” salimos con los ánimos y aplausos de los amigos, familiares y gentes que flipaban al vernos correr por un Coso peatonal.
antes de salir de Huesca

Dirigimos nuestros pasos por el Coso Bajo y la de  Plaza de toros, con la mirada atónita de la gente que nos ve pasar, estamos muy entusiasmados, además la lluvia nos ha respetado en nuestra salida, con el chubasquero puesto muchos empezamos a notar calor, y antes de meternos en la pista que nos llevará a Apies tenemos una parada logística para quitarnos ropa de abrigo.
Ya en la pista de Apies empieza verdaderamente la Ossan, el barro empieza a presentarse para no abandonarnos ya en toda la Extrem, la lluvia también hace acto de presencia para aparecer y desaparecer  en varias ocasiones. Antes de pisar la carretera de Apies ya oímos los gritos de Teo y sus chicas, estábamos empezando, pero así iba a ser imposible flaquear.

Tras un breve transito por la carretera volvemos a la pista para llegar al primer banquete en la plaza de Apies, no sabias que tomar, todo perfectamente preparado con mesas y sillas, ánimos, aplausos y gritos de aliento, vaya vidilla para el pueblo.

A partir de aquí la lluvia se empeño en acompañarnos de verdad y la temperatura bajo un poco, mirando atrás todavía disfrutábamos de las últimas luces de la civilización y delante nuestro podíamos vislumbrar las formas de las peñas del Salto del Roldan, antes de llegar disfrutamos de un “idilico” campo de alfalfa que parecía no tener fin…
No tenía claro cuanto faltaba, ya que nunca había corrido por este tramo, pero Teo con sus gritos nos daría alguna pista. Efectivamente!, Teo, Viteri, Silvia, Lorena y Andrea con sus gritos, rompían el silencio de la noche y nos anunciaban que faltaba poco para el segundo banquete.
avituallamientos de Salto de Roldan
 
El despliegue era excepcional, todo organizado y colocado para poder abrigarnos y tomar caldito, café, tortilla, empanadito…sí, sí, también había geles y barritas, pero creo que esta vez no tuvieron mucho éxito.
Salimos con muchas ganas y nos adentramos poco a poco en la soledad, aunque sería a partir de  Lusera cuando empezaría realmente, antes fotito en el dolmen de Belsue.
Este tramo hasta Lusera, debe ser muy chulo, con los sucesivos túneles, habrá que volver para verlo de día…
Javisa iba marcando el ritmo, porque cuando se descuidaba algunos se entusiasmaban y todavía quedaba mucha noche…y día.
La lluvia ya nos había dejado un poco tranquilos y pudimos disfrutar nuevamente de otro banquete, con Teo arreándonos para que no nos quedásemos fríos y no perdiésemos mucho tiempo, desde aquí solo nos quedaba subir al bonito pueblo abandonado de Lusera, y ahora sí! adentrarnos en la soledad de estas tierras abandonadas por las gentes que en su día con tanto esfuerzo levantaron unos muros que ahora poco a poco se vienen abajo, Ibierque da fe de ello, y a los pies de su iglesia hacemos una parada técnica para tomar algún tentempié, la Guargera se hace presente, y su soledad y los kilómetros, hacen que en estos tramos algunos estemos pensando en “nuestras cosas”.     
avituallamiento de Lusera

Otro avituallamiento en Gésera, con un esperado caldo, y más ánimos, aplausos y gritos, que hacen que algún vecino precavido oteé por los resquicios de las ventanas, aquí dejamos constancia de nuestra presencia con unas fotos en el “trono” para el control de Teo.
Gesera
de vez en cuando daban alguna cabezada
 
La memoria me falla un poco, pero creo que desde aquí tuvimos algunos tramos especialmente pesados, por decirlo de alguna manera fina, tramos de pista en los que el barro te dejaba un capa de buena argamasilla y que por momentos te pegaba al suelo, en varias ocasiones creía que iba a perder la zapatilla, cuando el terrero te hacía soltar un poco el barro, empezaba otro tramo más largo todavía, esto nos acampanó hasta el amanecer, o por lo menos, desde aquí, se hizo menos pesado, no llevaba apenas agua y antes de Allue no me quedaba ni gota, pero ya casi divisamos nuestra primera meta que era Osan.
No quedaba nada, el sol nos iba dando la bienvenida, y nos acercaba poco a poco al último tramo de carretera a Osan, las voces y griterío de nuestros asistentes y de los corredores que ya habían llegado nos daban el aliento para afrontar las rampas finales, y por fin pasamos por el arco de meta más de una hora antes de que empezara la carrera.
últimas rampas a Osan
gritos de aliento
preparadas para recibirnos...
la esperada llegada

Por supuesto ya teníamos preparado todo como hasta ahora, no teníamos que hacer ningún esfuerzo por buscar nada, bolsa de corredor, ropa de recambio, y el banquete final: más tortillas, croquetas, pechuga, jamón, caldito, café…y sí, alguna cosa más normal supongo, como coca cola, pero a la que no preste ninguna atención…
la perdición...
 
Teníamos más de una hora para cambiarnos de ropa, comer bien, y pensarnos si dábamos el último paso para terminar esta gran aventura…correr la carrera, que es realmente a lo que habíamos venido. Algunos dudamos tengo que reconocerlo, pero finalmente, casi todos nos animamos.
había que recuperarse
a cambiarse
 
a por el último capitulo

De la carrera que contar, una temperatura ideal, algo de barro, un paisaje precioso con una cascada como nunca, muchísima gente, y a sufrir…
Oscar Plasin
Pau
Durante los primeros kilómetros salí tranquilo, el mogollón de gente que tenía delante, el barro y las pocas fuerzas se encargaron de ello. La verdad estaba mejor de lo que pensaba, por lo menos hasta la cascada, solo sus vistas y el camino serpenteante con todo el colorido de los corredores, te hacia olvidar el cansancio, pero un poco antes de la cascada me pego un bajón impresionante, me quede sin fuerzas, pienso que el avituallamiento de Osan tuvo la culpa, las croquetas no dan alas…aún quedaba un poco para el avituallamiento y se me iba a hacer largo, vi pasar a Javisa con su hija, a Saioa, a Roberto… y a otros muchos corredores y corredoras, no podía apenas correr unos metros para acercarme al ansiado avituallamiento, pero todo llega y por fin pude meterme en el cuerpo algo de gasolina para correr, el “exquisito” acuarius que hasta ahora apenas había probado, naranja, plátano,,, y a correr, bueno, andar prácticamente  hasta que empezábamos la bajada.
Martin
Al principio baje con cuidado por el barro, y las pocas ganas y fuerza que tenia, pero según bajaba me encontraba mejor, me pegó un subidón, casi no me lo creo, empecé a pasar a alguno de los que me habían pasado en la bajada, y lo mejor me sentía muy bien, parece mentira que después de 80 kilómetros el cuerpo te permita correr así, el caso es que no se de donde saque las fuerzas, pero llegué bastante contento y disfrutando como un niño, los gritos de nuestras guapísimas asistentes me daba la fuerza para recorrer los últimos metros de “castigo” tras pasar por la plaza.

Esto tocaba a su fin...
David y Marin

Tras llegar y abrigarme un  poco, entablamos conversación mientras esperábamos la interminable cola para las migas, con granizada incluida, me cambien de domingo y ahora sí, puede atacar las migas, apenas las puede probar y dar un trago de cervecita cuando ya nos teníamos que ir a Huesca, Martin ya había llegado poco después, y como no teníamos vehículo, había que buscarse la vida para no volver a pie o en bici como hizo Oscar Plasin.
las estrellas de la noche


En resumen, un ambiente excepcional, buena compañía durante toda la noche, animada por las conversaciones y las risas con todos los corredor@s, un recorrido agradable a excepción de algún tramo de pista pestoso, un noche con una temperatura buena para correr, unos avituallamientos de matricula, unas y unos asistentes de lujo, que habrá que fichar sin ninguna duda, y el convencimiento de que el año próximo año repetiremos aunque sea de asistente, y finalmente el mayor agradecimiento para Javisa por empezar todo esto con Saioa, y a Teo y sus acompañantes (Silvia, Lorena, Andrea y Viteri) por lo fácil que nos lo han puesto, y como no, al resto de corredores por hacerme pasar una noche tan agradable…