Como queríamos entrenar un poco en un terreno con algo de
desnivel, nos decidimos por investigar el camino que va desde Vadiello hasta
Nocito y, que esta siendo acondicionado como camino natural de la Hoya de
Huesca.
A primera hora de la mañana aparcamos el coche antes del último túnel abierto a la
circulación ,
en principio el día se presentaba con bastante viento pero tuvimos suerte y nos
salio un día esplendido para correr.
Como digo partí con
Martin, el primer hito lo teníamos junto al coche así que íbamos bien
encaminados, tras pasar un par de túneles y saludar a unos escaladores que
debieron de hacer noche en uno de ellos cruzamos por un puente en obras donde
empezaba realmente el camino.
Las primeras cuestecitas nos hicieron suponer que no íbamos
a poder correr mucho, pero pensamos que una buena caminata no nos vendría mal.
primeras cuestas con el azul del pantano al fondo |
Dirigimos nuestros pasos al norte a la cola del pantano, el azul
del agua generaba unas vistas preciosas que nos acompañaron durante casi todo
el recorrido.
La pendiente del camino venia bien para disfrutar del
paisaje, que tanto por la margen derecha por la que íbamos, como por la
izquierda, eran magnificas.
Pudimos contemplar los diferentes mallos, pasamos ente la
Patata y la Mitra, y admiramos la Peña de San Cosme y el Huevo, que nos
vigilaban desde le otro lado del pantano.
el camino mejora... |
El camino mejoraba, y nuestra velocidad también, aunque algún
que otro obstáculo nos hacia aflojar, en un punto dudamos por donde iba el
camino ya que no veíamos ninguna marca, optamos ir por arriba, era mejor bajar
que subir en caso confusión. Al final no hubo problema, los dos caminos salían
al mismo sitio.
otra vez "pa-rriba" |
¿dónde está el Borón? |
¡esto es vida! |
Mas tarde tuvimos que afrontar una fuerte bajada desde donde
se observaba el discurrir del camino junto al río Guatizalema que ya no presentaba el color azul del pantano de Vadiello.
una fuerte bajada nos espera... |
Ahora corríamos por una senda entre bosquecillos que lo
hacían muy agradable, y donde encontramos las primeras cabras revoloteando,
unas cuantas fotos y se habían acostumbrado a nuestra presencia.
casi las toco |
¡uffff! |
Después de una fuerte bajada nuestro camino llegó al lecho del río
en el que había constancia del medio utilizado para poner los hitos de
señalización…un burro, que debió a comer mucho por el “abono que soltaba”.
Aquí
salían dos caminos, nosotros optamos por el que seguía subiendo por la margen
derecha, pero se ponía cada vez peor, hasta que desapareció, menos mal que fueron
pocos metros.
¿dónde está el camino? |
Era extraño ir en dirección contraria pero esto duro poco, tras cruzar el río, el camino giro nuevamente hacia el norte
pero ya por la otra margen.
Las vistas seguían siendo muy bonitas, y después de tomar un
poco de altura aparecieron unos sube y bajas que hacían el camino bastante
llevadero.
maravilloso Guatizalema |
Diferentes variedades de árboles jalonaban nuestro camino,
incluso un manzano en medio de la nada con unas mini-manzanas a las que no
pudimos resitirnos hincar le diente.
al fondo el Borón |
Nuevamente descendimos al lecho del río y por unos grandes
bloques,-que no se como han llegado aquí-, cruzamos nuevamente a la margen derecha por la que comenzamos nuestra andadura.
otra vez el río |
Pero el tiempo se nos echaba encima, las obligaciones
familiares mandan, y ya no disponíamos de mucho más para explorar este
bonito camino.
¡ya es la hora! |
Aun seguimos algún kilómetro más y llegamos hasta un barranco
que estaba seco junto al río.
¡campana y se acabo! |
Supongo que no nos faltarían más de 2km. para llegar a la
pista que lleva a Nocito, en otra ocasión saldremos de dudas.
la última foto |
La vuelta fue más rápida ya que apenas pare a hacer alguna
foto y el camino ya lo conocíamos, pero de igual manera disfrutamos, además las
vistas son totalmente diferentes y podemos disfrutar de lo que antes habíamos dejado atrás.
aquí estoy |
Martin |
Lo más extraño de todo, no vimos a nadie durante todo el
camino de ida y vuelta, tan solo cuando saliamos del camino entro una
pareja con una mochila, y eso que eran casi las once y media de la mañana de un
bonito domingo.