sábado, 24 de mayo de 2014

Trail Mallos de Riglos

Primera edición de esta carrera de montaña organizada por Guara Spirit, que esperemos que no sea la última.
El lugar la verdad, es ideal, las vistas, sin dar un paso son espectaculares, y merece la pena ir a pasar un buen fin de semana culminado con una “carrerita”.

Tenía un poco miedo a la carrera, ya que llevo unos meses saliendo más bien poco, y  poco, es poco, desde la carrera de Os foratos apenas he salido 400km, pero bueno, algún día había que intentarlo y empezar…

Llegué con tiempo, saludo a organizadores y algunos corredores conocidos, y a calentar un poquito con la buena compañía de Oscar Plasín, poco a poco se fue poblando el pueblo con una amalgama de colores que iban dando ambientillo en la salida.
cartelito y buenas vistas...

buenas vistas...¿donde esta el cartelito?

Salimos más de cien corredores dispuestos a afrontar los 21km y 1.100+, me puse en las primeras posiciones y veía como poco a poco me iban pasando un goteo de corredores, íbamos remontando el barranco de la Mota por el Camino natural de La Hoya y después de cruzarlo ascendemos para correr bajo las paredes del Cubillo, corremos bajo la atenta mirada de un numeroso grupo de buitres que están muy al loro a un posible “almuerzo”, algún corredor casi les da la alegría, y cae rodando, al parecer el tobillo lo debe de tener tocado, la bajada es un poco técnica en algún tramo, y nos deja en el primer avituallamiento líquido, algunos corredores no paran, pero un traguito de agua no me va a venir mal.

Una pista ascendente nos lleva a Linas de Marcuello, atravesamos el pueblo y llegamos a un merendero donde está el segundo avituallamiento, esta vez sólido, me tomo mi tiempo, y me recompongo, salgo tras una oleada de corredores a los que no les debe gusta mucho el “menú”, no sin antes llevarme dos o tres gominolas para afrontar la larga subida para llegar a la Ermita de la Virgen de Marcuello, aquí si que paramos muchos a hidratarnos. Cogemos un sendero para bordear la Peña del Sol, punto más alto de la carrera, hace que tiremos de riñones, pero también nos muestra unas vistas preciosas, tanto por los paisajes como por la hilera de corredores que parecen que están buscando alguna moneda perdida…

En esta subida un corredor me pasa en un primer momento, pero me engancho a él, y disfrutamos de una agradable conversación, estas cosas son lo que le da a estas carreras eso que le falta al asfalto, disfrutamos de lo que queda de subida y de una espectacular bajada por el barranco del Forcallo, zonas en las que se corre bien se alternan con otras, las más, muy técnicas y con muchos árboles caídos, que hacen que tengas que esquivarlos de múltiples maneras, en muchos casos divertidas y en otras no tanto, la bajada se alterna con algún pequeño repecho que subo andando, aquí se nota la falta de km.

Desde el Santo Román una ligera subida pero que se nota ya con los Km. que llevamos, estamos en el último avituallamiento sólido, desde aquí unos sube y baja, bastante técnicos en alguna ocasión, nos dejan en los Mallos, una última subida inesperada, por lo menos en mi caso, para llegar al avituallamiento liquido, en el que en principio no tenía intención de parar, pero estaba sin aliento, y me hacía falta tomar un traguito del “delicioso” acuarius.
Desde aquí dos km. de rapidísima y peligrosa baja, la cual me tomé con un poco de tranquilidad, iba solo, había dejado atrás a los corredores con los que hice los últimos km. y no quería mancharme el pantalón.
una sonrisa después de la llegada

En la bajada te animaba la gente que subía y te hacían sentir más cerca la meta, que efectivamente estaba muy cerca, y sin darme cuenta estaban pasándome el famoso código IBI, no veo muy bien este inventito, por lo menos para los puestos intermedios, ya que no pasa a la primera y muchas veces le cuesta.

Después de una ducha y un estupendo masajito, disfrutamos de una reconfortante Pasta party, y tras la entrega de premios, en la que por “necesidades del guión” tuve que subir a recoger el de Oscar que no pudo quedarse, partí a Siétamo a tirarme en el sofá…


Espero estar en la segunda edición, es una buena oportunidad para pasar un finde con la familia, el ambiente ha sido estupendo, y por lo menos en mi opinión, recorrido bonito,  bien organizada y marcada, y creo que con avituallamientos bien establecidos, y lo del masaje todo un detalle.

jueves, 8 de mayo de 2014

Paseando por Ventas de Zafarraya (Sendero tajo de la U y sendero Cuna Boquete).

De nuevo de vacaciones en la provincia de Málaga, y claro no podía desperdiciar la oportunidad de salir a correr un rato, llevo unos meses medio parado, pero el buen tiempo anima a reanudar la marcha.
Había quedado con Paco, un compañero de “entrenos” por estos lares. Desde que le conocí hace dos o tres años en la Pinsapo solemos quedar para correr alguna que otra vez.
La verdad me viene bien ya que me enseña diferentes lugares: Maroma, Lucero, río Chillar…y esta vez Ventas de Zafarraya.
No fue un recorrido excesivamente largo, unos 10km. con unos 700m de desnivel positivo, pero para empezar la Semana Santa, y después de más de 1000km. de coche, de los cuales no me había recuperado, no estaba mal.
Después de llegar a Ventas de Zafarraya, ya en la provincia de Granada, (en casi todas las ocasiones que he salido con Paco nos hemos metido en Granada), dejamos el coche en el parking, junto a la antigua vía de tren que durante casi 40 años unía Ventas de Zafarraya con Vélez Málaga, en la que ahora discurre una pequeña vía de tren de lo que parece ser un trenecito turístico, que también parece en desuso.
El recorrido era un ocho, así que teníamos que pasar por el coche. Empezaba el “paseo” con una fuerte subida, el recorrido estaba marcado por unos postes, Paco empezó fuerte, no podía casi seguirle, me llevaba reventado, la senda iba haciendo zig-zag para superar la fuerte pendiente, por fin llegamos al puerto 1066m., llamado el Paredón. Paco me retrata para dar constancia de mi cansancio, las vistas eran maravillosas, el mar a lo lejos, toda la comarca de la Axarquía a nuestros pies, el pantano de la Viñuela,  y todo el polje de Zafarraya rodeado de las sierra que lo circundan, el mayor de España, con todos sus pueblos blancos. Una pequeña bajada por una alfombra, y buscamos la cresta para llegar a la Corona o Pico del Puerto con 1231m. pequeña subida para ahora sí, afrontar la bajada al pueblo, antes, disfrutamos de las vistas de La Maroma, en la que ya hemos estado varias veces, una bajada bonita, no le dimos mucha caña, pero a excepción de algún pequeño tramo en el que las piedras sueltas hacían que estuvieras a punto de besarlas el resto daba píe a disfrutar de la bajada. La senda se dirige hacia el Morrón de la Cuna, llegamos al pueblo y solo tenemos que seguir el antiguo camino de la vía de tren por el que ahora discurre la pequeña vía, para llegar al coche, aproveché para dejar algo de ropa y beber agua.
Nos quedaba una fuerte subida de ida y vuelta a nuestra segunda cota. Esta la tuvimos que hacer prácticamente andando, la senda no era muy larga, y poco a poco ganábamos altura, dejamos el Mirador del Tajo de la U a nuestra derecha, disfrutábamos de unas preciosas vista, ahora podía observar el lugar por donde había discurrido la primera parte del recorrido, así como los cercados que parecían en medio de la nada y que tras haberme informado al parecer son cultivos de cereales, normalmente guisantes, protegidos por una tupida valla para que el ganado, ovejas, no se deleite con ellos.
  


 
Llegando al final del recorrido quede enormemente sorprendido por el impresionante agujero natural que atravesaba la montaña, Cueva Orea, en un primer momento solo veía el primero y más pequeño, pero luego vi el que estaba debajo de este y desde donde se ve el otro lado de la sierra, me quedé alucinado, aunque más tarde me quede más alucinado y alguna cosa más…al subirme, al enorme boquete y ver lo poca cosa que somos.

Después de salir de este agujero con un poco de cague, la edad va haciendo que vaya conociendo lo que es el vértigo, tomé un trago de agua y tras una mirada para disfrutar de la vistas que tardaré en volver a ver, emprendimos el descenso, esta vez más rápido, pasando este vez por el Mirador del Tajo de la U, la fuerte pendiente invitaba a ello, y nos plantamos en el coche sin darnos cuenta.
La verdad, una pequeña, pero intensa mañana conociendo un punto más de esta provincia y de sus fronteras…


Aunque salí dos veces más por diferentes sitios, (una de ellas tenía en común algo con este recorrido, ya que discurría por el trazado en esta vía de tren, en concreto en su tramo Vélez - Almayate, pasando el río Vélez por el puente en el que años atrás lo hacía el tren), esto tendrá unas líneas en otra ocasión…