Mañana un poco fresquita la de este domingo 19 de diciembre, pero en la que poco a poco nos fuimos calentando, gracias sobretodo, al buen ambiente, y a los fantásticos avituallamientos, que los voluntarios nos llevaban corriendo más que nosotros, de una ermita a otra.
Como digo, en una mañana un poco fresquita, me presenté con Martin, en el Camping San Jorge, y tras esperar casi hasta las 9, nos empezamos a poner “nerviosos” por la tardanza, ya que no veíamos a nadie con pinta de hacer deporte, por lo menos de salir a hacer penitencia por las ermitas, tan solo entraban algunos valientes, supongo que a jugar un partidillo de fútbol.
Por la lejanía me pareció ver a un “individuo” con pintas de corredor que se dirigía hacia la zona del cerro, y en ese momento, otro nos indico que si íbamos a correr habían quedado en el Palacio de los Deportes. ¡ya nos parecía que se habían pegado muchas mantas!
Nos dirigimos al Pabellón y encontramos a más de 20 penitentes y penitentas dispuestos a pasar la mañana del domingo como deber ser…
Salimos bastantes pasadas las 9, después de los correspondientes saludos y presentaciones, ya que en mi caso no conocía a casi nadie, aunque muchos me sonaban de la pasada y muy grata Galopada Belsué-Nocito.
Empezamos cumpliendo con la primera ermita, San Jorge, la más “dura”, con una pendiente de más del 30%, superado esto, ya no habría problema, a pesar de que era el único punto que no tenía avituallamiento. Después de la foto, para demostrar nuestro paso, salimos vertiginosamente, cuesta “pa bajo”, para comenzar, ahora sí, nuestro paseo matutino. Nos dirigimos por el hospital San Jorge hacia la circunvalación, para llegar al camino que lleva a la ermita de Salas. Un tramo muy tranquilo, en el que tuvimos que ir con cuidado ya que pisábamos mucha carretera. En la Ermita, en la que hacía mucho tiempo que no había estado, ya teníamos preparado nuestro avituallamiento, la verdad es que solo tomé un poco de agua en la fuente, todavía no habíamos hecho hambre.
Salimos por el camino que lleva a cárnicas Ferrer, y pasando por los “pasos de cebra”…creo, nos dirigimos por la Escuela de Idiomas a la Ermita de Los Mártires, en este lugar, ya teníamos afición animándonos para superar la pequeña cuesta que nos lleva a la ermita y cementerio, donde quedó plasmada nuestra presencia con una foto, que fue tomada, digamos, de una manera “bastante profesional”.
Desde aquí, rotonda del mulo, vivero, y psiquiátrico, para llegar a la Ermita de Santa Lucía, aquí antes de la foto de rigor, disfrutamos algo más de la charla amenizado con el avituallamiento, creo que alguno fue en la última foto que salio…
Por un caminito tipo “raid”, cruzamos un arroyo, -creo que el barranco de Morrano-, en el que no hubo opción para enmarcar ninguna foto, nadie se mojó...
Cruzamos la autovía por el km. 3, y seguimos por una pista de frente, aquí ya nos dejaron tres valientes para regresar a Huesca.
Pisteando y después de cruzar el río Isuela, llegamos a Chimillas por las balsas, cruzamos el pueblo, para casi antes de llegar a la carretera de Ayerbe meternos por una senda entre un campo de cultivo y una finca, y llegar a la Ermita Cillas, en la cual nunca había estado, y que me pareció un lugar estupendo para venir almorzar con la familia cuando empiece a apretar el calor. El avituallamiento y la charla aquí, se alargo un poco más de la cuenta, pero la verdad se estaba muy a gustito, ya que creo que en el avituallamiento iban apareciendo bebidas “súper isotónicas”.
Nos costó salir un poco, pero nos dirigimos a la última de las Siete, cruzamos la A-132, y por pista llegamos al último avituallamiento y Ermita, la de Loreto.
Aquí algunos ya teníamos un poco de prisa, supongo que alguno le tocaba hacer el menú. Después de sacar casi la última foto, tan solo nos quedaban unos tres kilómetros para llegar a San jorge después de unas tres horitas y de casi 23 kilómetros de un bonito “paseo” por las Ermitas. ¡Ah! Algunos llegamos a la primera y última Ermita “pa” sacarnos la foto y superar otra vez la “dura pendiente”, que esta vez, era menor, al atacarla por la cara norte del puerto…
Y después de plasmar el momento bajamos al pabellón donde después de un último picoteo, con trenza de Almudevar incluida nos despedimos, supongo que hasta no muy tarde, ya que estos Corredores Oscenses tienen preparadas varias salidas para animar estas Navidades, preocupándose muy mucho, para que nos mantengamos en forma, a pesar de los excesos.
Dar otra vez las gracias a los Corredores Oscenses, por permitir que algunos infiltrados os acompañemos en sus paseos.
Un saludo a todos.
Feliz navidad, ermitaño.
ResponderEliminarMerry Christmas, Charles.
ResponderEliminarMartin