Primera edición de esta carrera de montaña organizada por Guara
Spirit, que esperemos que no sea la última.
El lugar la verdad, es ideal, las vistas, sin dar un paso
son espectaculares, y merece la pena ir a pasar un buen fin de semana culminado
con una “carrerita”.
Tenía un poco miedo a la carrera, ya que llevo unos meses
saliendo más bien poco, y poco, es poco,
desde la carrera de Os foratos apenas he salido 400km, pero bueno, algún día
había que intentarlo y empezar…
Llegué con tiempo, saludo a organizadores y algunos
corredores conocidos, y a calentar un poquito con la buena compañía de Oscar
Plasín, poco a poco se fue poblando el pueblo con una amalgama de colores que
iban dando ambientillo en la salida.
cartelito y buenas vistas... |
buenas vistas...¿donde esta el cartelito? |
Salimos más de cien corredores dispuestos a afrontar los
21km y 1.100+, me puse en las primeras posiciones y veía como poco a poco me
iban pasando un goteo de corredores, íbamos remontando el barranco de la Mota
por el Camino natural de La Hoya y después de cruzarlo ascendemos para correr
bajo las paredes del Cubillo, corremos bajo la atenta mirada de un numeroso
grupo de buitres que están muy al loro a un posible “almuerzo”, algún corredor
casi les da la alegría, y cae rodando, al parecer el tobillo lo debe de tener
tocado, la bajada es un poco técnica en algún tramo, y nos deja en el primer
avituallamiento líquido, algunos corredores no paran, pero un traguito de agua
no me va a venir mal.
Una pista ascendente nos lleva a Linas de Marcuello,
atravesamos el pueblo y llegamos a un merendero donde está el segundo
avituallamiento, esta vez sólido, me tomo mi tiempo, y me recompongo, salgo
tras una oleada de corredores a los que no les debe gusta mucho el “menú”, no
sin antes llevarme dos o tres gominolas para afrontar la larga subida para
llegar a la Ermita de la Virgen de Marcuello, aquí si que paramos muchos a
hidratarnos. Cogemos un sendero para bordear la Peña del Sol, punto más alto de
la carrera, hace que tiremos de riñones, pero también nos muestra unas vistas
preciosas, tanto por los paisajes como por la hilera de corredores que parecen
que están buscando alguna moneda perdida…
En esta subida un corredor me pasa en un primer momento,
pero me engancho a él, y disfrutamos de una agradable conversación, estas cosas
son lo que le da a estas carreras eso que le falta al asfalto, disfrutamos de
lo que queda de subida y de una espectacular bajada por el barranco del
Forcallo, zonas en las que se corre bien se alternan con otras, las más, muy
técnicas y con muchos árboles caídos, que hacen que tengas que esquivarlos de
múltiples maneras, en muchos casos divertidas y en otras no tanto, la bajada se
alterna con algún pequeño repecho que subo andando, aquí se nota la falta de
km.
Desde el Santo Román una ligera subida pero que se nota ya
con los Km. que llevamos, estamos en el último avituallamiento sólido, desde
aquí unos sube y baja, bastante técnicos en alguna ocasión, nos dejan en los
Mallos, una última subida inesperada, por lo menos en mi caso, para llegar al
avituallamiento liquido, en el que en principio no tenía intención de parar,
pero estaba sin aliento, y me hacía falta tomar un traguito del “delicioso”
acuarius.
Desde aquí dos km. de rapidísima y peligrosa baja, la cual
me tomé con un poco de tranquilidad, iba solo, había dejado atrás a los
corredores con los que hice los últimos km. y no quería mancharme el pantalón.
una sonrisa después de la llegada |
En la bajada te animaba la gente que subía y te hacían
sentir más cerca la meta, que efectivamente estaba muy cerca, y sin darme
cuenta estaban pasándome el famoso código IBI, no veo muy bien este inventito,
por lo menos para los puestos intermedios, ya que no pasa a la primera y muchas
veces le cuesta.
Después de una ducha y un estupendo masajito, disfrutamos
de una reconfortante Pasta party, y tras la entrega de premios, en la que por
“necesidades del guión” tuve que subir a recoger el de Oscar que no pudo
quedarse, partí a Siétamo a tirarme en el sofá…
Espero estar en la segunda edición, es una buena oportunidad
para pasar un finde con la familia, el ambiente ha sido estupendo, y por lo
menos en mi opinión, recorrido bonito,
bien organizada y marcada, y creo que con avituallamientos bien
establecidos, y lo del masaje todo un detalle.