Hace unos días, sabiendo que pasaría mis vacaciones navideñas en mi tierra, decidí mirar alguna carrerita cercana y me decidí por la San Silvestre de Galdakao, así que me apunté en esta ilustre carrera que tiene su historia:
La carrera comenzó a celebrarse en el año 61 del pasado siglo, según cuentan en el club, no se celebraban en ningún lugar ninguna carreras el día 31, las primeras ediciones al no haber iluminación, el público iluminaba el recorrido con antorchas.
Ramón Gil Zabala era un integrante del club que colaboraba entrenando y organizando la prueba y que tras fallecer paso a ser un Memorial en su nombre.
“Una característica que hace peculiar esta carrera es la separación en categorías de los atletas, de manera que atletas profesionales y no profesionales no comparten pista. Esto beneficia a ambas modalidades, puesto que atletas con poco entrenamiento pueden competir sin miedo a superar sus posibilidades, y por otro lado los atletas profesionales pueden correr al límite sin la molestia de corredores menos expertos. Es por ello que a nivel profesional (Categoría senior) esta prueba es un referente de todo el estado, incluso por encima de pruebas con un mayor índice de participación. Prueba de ello es el palmares de atletas que han vencido en nuestra prueba”.
A mi claro está, al no tener licencia me toco ir con el mogollón de los populares, y la verdad fue muy divertido y estimulante.
Tras las categorías más benjamines, a las 17.30 se dio la salida a la Popular, que es la que más personal y vidilla da a la prueba: grupetes de amigos, disfraces, buen rollo y algunos que nos lo tomábamos un poquito en serio. La distancia a recorrer era poca, 4.400 metros en un circuito urbano de 1.100m. con bastante público que nos jaleaba a cada vuelta.
Salí como de costumbre bastante atrás, con lo que desde el principio me tocó ir sorteando diferentes grupos de amigotes, y diferentes disfraces que me alegraban el recorrido. A partir de la segunda vuelta era un lío distinguir la posición de cada uno, pero era divertido ir viendo como mientras tú subías, los demás bajaban con sus disfraces, que calor me daban.
Bueno, el caso es que tras 16.37 minutos, finalicé mí primera San Silvestre. El primero, según tiempos oficiales (yo nunca llevo reloj) lo hizo en 14.30 minutos.
Por lo que respecta a los corredores “profesionales” el vencedor fue Víctor Bitok, de Kenia, que logró su segunda victoria con récord de la prueba en un mismo día: por la mañana ganó en Beasain y por la tarde en Galdakao. Los keniatas lograron así el cajón más alto del podium galdakoztarra, tras adjudicarse las primeras posiciones.
Karlos eso es exceso de velocidad, a menos de 4, esta prohibido. Me desmoralizas, pero aguantare.
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