Hace tiempo que teníamos ganas de hacer este camino al
completo, en parte lo hemos ido haciendo por tramos en nuestros entrenamientos
de fin de semana, pero esta vez lo queríamos hacer del tirón, en dos etapas, la
primera Bierge- Nocito, y la segunda Nocito- Agüero. Los planes eran hacerlo en
un fin de semana, y a ser posible con un grupo de gente amplio, pero la idea,
por una cosa o por otra, no ha cuajado, y solo acudimos a la cita tres: Oscar
Plasín, Martin y Carlos, el menda.
Pero esto no nos hizo desistir, así que mantuvimos la cita,
y el sábado 20, día en el que tuve que soplar las velas, como todos los años, nos
dimos cita en el lavadero de Siétamo.
Ana, la mujer de Martin, nos acercó a la presa Bierge, donde
a eso de las 8.15 horas de la mañana empezamos nuestro Camino Natural.
Contentos de afrontar esta pequeña aventura, y con un sol
que parecía que quería acompañarnos, nos dirigimos a Bierge, entramos en el
pueblo y, por una pista y siguiendo las indicaciones
del Camino, bajamos a “El Juntadero”, a
4,2 Km. de Bierge.
"El Juntadero" |
Aquí tocaba parada, quitarnos ropa, picar un poco y por
supuesto posar junto al monasterio de Ntra. Señora de La Gloria , un joya de capa caída, que
con el tiempo, el abandono de sus moradoras y la crisis, no anuncia un futuro
halagüeño.
San Miguel de Foces |
Nuestro Camino sigue, y en un “plis”, llegamos a Sieso de
Casbas, un pequeño pueblo, conocido entre otras cosas por su Queso y derivados,
unas exquisiteces que en esta ocasión no degustamos. Después de pasar por el
centro del pueblo, salimos por la pista, para en no mucho tiempo llegar a otra
joya de nuestro patrimonio, San Miguel de Foces, aquí nos encontramos con un
autobús de “turistas” que estaban recibiendo una explicación de esta bonita
Iglesia.
Seguimos ruta para plantarnos en apenas 2km en Ibieca, y
como hasta el momento, ningún alma que pudiera presenciar nuestra “hazaña”,
cruzamos el pueblo pasando al pie de su Iglesia, dedicada a San Clemente, para
salir por una pista junto al cementerio con dirección a Arbaniés, camino que
coincide con el “camino de las Fuentes”, que en numerosas ocasiones hemos
transitado, pero esta vez nos desviamos por una corta pero preciosa senda a
Sipán, antes de llegar a este pequeño pueblo, cruzamos el Guatizalema por un
bonito puente, y cruzamos la A-1227
por un camino entre muros de piedra y
carrascas.
Nos plantamos en la pista que nos dejara en Ayera, pero
antes, disfrutamos de las estupendas vista de los campos de cereal, con su
verdor, y de los tan de “moda”, este año, campos de colza, con su amarillo, que
destaca sobre todos los demás.
entre campos de colza |
En el final de la pista, y a escasos metros de la población,
pasamos al pie de los restos de la ermita de San Esteban, en un tozal rodeado
de carrascas y de sepulcros tallados en piedra, así como de un arcos, restos de
lo que fueran en su día unos silos para meter el grano.
Ermita de San Esteban |
Hasta aquí el recorrido resulto bastante bonito, llevadero,
y hasta divertido pero el tramo que nos separaba de Santa Eulalia, se me hacía
bastante pesado, tenía muchas ganas de llegar y tomarme un buen tentempié.
Atravesamos Ayera, y salimos por una pista, que como digo
resulta muy aburrida, a medio camino observamos lo que va quedando de la ermita
de San Fertús (s. XII), divisamos en la lejanía nuestro próximo punto de
parada, Santa Eulalia, así como Castilsabás, que pasamos, extrañamente, sin
entrar en él, dejamos la ermita del Viñedo a nuestra izquierda, y comienza una
ligera subida que por lo menos a mí se me hace muy pesada, y que hacemos
prácticamente andando, salimos a la carretera, y afrontamos corriendo los poco
más de 1,5km. que nos separan del pueblo.
Por fin llegamos al pueblo, agua y bocata, calman en parte
el cansancio de los últimos tramos de pista, por lo menos en mi caso, Oscar iba
sobrado, esta en otra liga…y Martin poco a poco iba sintiendo cada vez más
partes de su dolorido cuerpo.
En la plaza del pueblo tenemos tiempo de relajarnos y
recibir los rayos de un sol que te hace pensar si seguir, o quedarte un rato más
en el banco.
Como digo, Oscar esta como una rosa, Martin, tiene algunos
dolores en su rodilla, y yo, nada especial, una herida en un dedo, que con una
tirita queda apañado y olvidado, y con todo esto...
Comenzamos un tramo que es muy bonito, duro y conocido, por
las innumerables ocasiones en las que lo hemos realizado. Una subida que
aprovechamos para seguir hablando, hasta llegar al pie de Espiellos, y tomar la
larga pista que llega a Vadiello, en esta bajada, que siempre se me atraviesa,
veo como Martin y Oscar se van alejando, aprovecho para sacar fotos y relajarme
bajando,. Pocos metros antes de salir a la carretera, esta Oscar esperándome y
tras interesarse por mi estado y comprobar que estoy bien, seguimos ruta.
Después de cruzar el arroyo que nos separa de la carretera, nos encontramos en una pared con dos escaladores, uno de ellos
era uno de nuestros acompañantes en la ruta nocturna de hace unos meses a las
Calmas y al Pico del Aguila, tras conversar unos minutos, seguimos nuestra ruta
por la carretera, para plantarnos en el pantano de Vadiello, nos cruzamos con
algún “dominguero” y después de cruzar los túneles, nos dejamos caer en unos
bancos para tomar algo.
aunque no se vea, esta, esta... |
El tramo que nos espera, es de los más bonitos de esta
primera etapa, pero con el calor que empieza a apretar, nos va a resultando
cada vez más duro ir avanzando, en especial a Martin, Oscar iba volando, y yo
iba a “trompicones”.
Casi desde un primer momento, Oscar se distanció y ya no lo
vimos más, Martin se iba quedando y, yo, lo iba esperando, disfrutando de unos
minutos de descanso, y de paso hacía alguna foto mientras observaba del
paisaje, con un pantano lleno hasta los topes.
Después de los subes y bajas, y los pasos por las pedreras,
me planté en el paso del Guatizalema, el día acompañaba, así que me descalcé, y
mientras disfrutaba de las bonitas vistas esperando a Martin, me refrescaba los
pies.
una buena pedrera... |
Llegó Martin renqueante y un poco dolorido, así que
aprovechamos para descansar un poco y avituallamos, para cruzar y remontar el
río.
que vistas eh |
cruzando el Guatizalema |
Emprendimos la subida con ánimo, pero se hacía larga, Martin
pensaba que en un momento nos libraríamos de los continuos repechos, pero yo
recordaba, que en otras ocasiones se me había hecho más largo de la cuenta, y
además llevábamos unos cuantos Km. encima.
vistas sobre el Guatizalema |
A partir de aquí fuimos prácticamente todo el rato juntos,
la subida como digo, se nos hizo eterna, pero en la bajada disfrutamos de las magníficas
vistas, del verdor de la Sierra, del blanco de los endrinos, y del bonito
espectáculo que nos ofrecía las aguas del Guatizalema.
subiendo, subiendo... |
endrinos a nuestro paso |
ultimo tentenpie antes de bajar a Nocito |
A unos cuatro o cinco Km. me distancié un poco de Martin y
entré en Nocito por la parte de arriba, las primeras gentes que vi, me
informaron de que Oscar se había tenido que bajar a Huesca por un asunto
familiar grave, y después de unos momentos de charla fui a buscar a la familia,
que según me comentaron estaban por el pueblo buscándonos, bajé a la parte baja
del pueblo y vi como llegaba Martin por el otro camino.
Nos reunimos con la familia y disfrutamos de una ansiada
comida, tras la cual realizamos una pequeña excursión al Santuario de San
Urbez, los niños, y también, los mayores, nos lo pasamos en grande, y en el
transcurso del camino, decidimos dejar
la segunda etapa para otro día, dadas las circunstancias…
Ya avisaremos con tiempo para que podamos juntarnos unos
pocos más y disfrutar de los Km. que nos separan de nuestro final…Agüero, y así
podamos dar por finalizado nuestro Camino Natural de La Hoya de Huesca.