Para empezar bien Abril, quedé el
primer día del mes con Paco, una maquina de Velez que me suele sacar
por estas tierras a correr, a él no le gustan los carriles que
rodean a Velez, así que salimos a los parajes que nos rodean, estas
navidades me llevó a La Maroma, y en esta ocasión le tocaba al
Lucero.
Quedamos a las 10 de la mañana, así
que me fui andando hasta el parque de bomberos donde quedé para ir
en su coche hasta Canillas de Albaida donde comenzaría la ruta,
dejamos el coche en la fábrica de la luz.
Sobre las 11.15 comenzamos la subida,
el primer tramo atravesando las aguas el río era precioso y
divertido, había que pasarlo varias veces de un lado a otro, a punto
estuvimos de mojar los pies en más de una ocasión, cuando salimos
del barranco fuimos ganando altura y nuestro ritmo tuvo que bajar,
pasamos junto a un alcornoque centenario, y unos campos de nogales,
nunca había visto tantos juntos.
impresionante alcornoque |
El paisaje se abría poco y el sol nos
calentaba poco a poco, cuando las fuertes rachas de viento le
dejaban.
llegando al carril, al fondo La Maroma |
La subida se hacia más técnica hasta
que llegar a un enorme carril que apenas pisamos, salimos de él
acosados por un fuerte viento. Enseguida llegamos a los 1400 metros
de altitud, o por lo menos eso decía un cartel que indicaba que
estábamos en el Puerto de Competa, no tengo claro si este punto es
el mismo que el Puerto del Blanquillo o si este es el cruce con el
carril.
Al parecer aquí pasamos a la provincia
de Granada, desde este lugar las vistas son magnificas, vemos un lado
la parte de la provincia de Málaga y de otro la de Granada.
Pantana de Bermejales |
El pantano de Bermejales se dejaba ver
a lo lejos, bajamos y nos topamos con una cantera abandonada, el
paisaje había cambiado y nos adentramos en una pista que circulaba
por un pinar, la cual tendríamos que abandonar para coger el sendero
Raspón de los Moriscos, aquí el paisaje cambiaba nuevamente,
dejamos paso a los bosque de pinos para entrar en un conglomerado de
rocas y agujas. El sendero, aun más técnico, pero divertido,
ofrecía unas vistas que se hacían cada vez más y más bonitas
según ganábamos altura, y las rachas de fuerte viento nos obligaban
por fin a ponernos ropa de abrigo.
ya queda poco |
Queda poco para llegar, allá en lo
alto divisábamos lo que parecería una casa, y que en realidad es
una sola pared de lo que fuera en tiempos un cuartel de los civiles
para controlar el estraperlo.
heepa... que me caigo |
La subida se hacía más sencilla de lo
que en un principio pudiera parecer, y con unas cuantas “charladas”
nos dimos de bruces con la pared que coronaba la cima.
La verdad las vistas eran estupendas,
estuve atento a las explicaciones de Paco, diferentes sitios y
lugares, unos conocidos por mí y otros de los que ya me he olvidado,
rutas para otras posibles salidas y otras realizadas ya como La
Maroma.
Después de un picoteo y de unas fotos
para plasmar el momento, comenzamos la bajada, el viento seguía
acariciándonos con sus fuertes rachas, pero según íbamos perdiendo
altura el abrigo sobraba y nos tuvimos que desprender de alguna capa.
La bajada fue más rápida, las fotos y
el paisaje ya habían formado parte de la subida y ahora tocaba
disfrutar de la velocidad bajando.
En un “pispas” estábamos estirando
y tomando sorbos de agua en lo que había sido nuestro comienzo, La
Fábrica de la Luz.
En resumen, bonita salida para conocer
nuevos lugares, en un día estupendo para correr, de los pocos buenos
que han salido en estas largas vacaciones de Semana Santa.
¡Gracias! Paco por estos paseos.
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