jueves, 4 de abril de 2013

Kedada Montes de Málaga

-->
Días atrás había quedado en acudir a la Kedada que había propuesto Fermín, del foro trailrunnigmalaga, habían quedado a las 8 de la mañana del viernes 29, me apetecía mucho, por lo menos cuando me comprometí a ir, ahora que se acercaba la hora, la mente decía que sí, pero el cuerpo esta para otra cosa, después del llegar a Velez el Jueves Santo a la hora del postre, y tener tiempo apenas de vestirme para ir a las procesiones, dormí escasamente cinco horas, y claro, me esperaban casi 50km, pero si en las carreras los kilómetros no son problema, aquí no lo iban a ser unas horas de sueño.

El despertador sonó a las 7, preparo la mochila, y un yogurt y cuatro galletas me dieron la fuerza para coger el coche e intentar llegar sin confundirme al polideportivo de Ciudad Jardín, afortunadamente llegué a la primera, allí estaban los valientes esperando, aparque bien le coche, y me presenté a los cinc@ valientes, Fermín llegó el último y, tras comprobar que estábamos todos y que ninguno más se había apuntado a última hora, dimos unos minutos de cortesía e iniciamos la marcha.
¿Empezamos?
En apenas unos minutos pasamos del ladrillo especulativo, a un monte verde, me quede sorprendido, llevo muchos años viniendo a estas tierras de vacaciones y no me podía imaginar que a las puertas de Málaga capital hubiera semejante vergel.

Entramos por un portón de piedra que daba paso como digo un verde pinar, por una pista ascendente fueron pasando los kilómetros, según nos íbamos adentrando te ibas dando cuenta de la variado de la vegetación, no todo eran pinos y más pinos, encinas, alcornoques y por supuesto mucho romero y si te fijabas bien esparragueras, daban colorido al monte.

Aproveché los primeros kilómetros para entablar conversación con todos ellos, uno rato con unos y otro con otros. El ritmo era suave, así que pude disfrutar del paisaje enormemente, según íbamos ganando altura las vistas eran increíbles.
aquí nos dejan dos...
Después de ganar altura empezó una bajada que acabo en lo que en otras ocasiones era un barranco seco, pero en esta ocasión necesitaba de un salto considerable para no mojarte los pies. En este punto dos componentes de la kedada se dieron la vuelta, no disponían de mucho tiempo, entre lo que habíamos recorrido y lo que les quedaba con la vuelta, ya les bastaba. Así que chicamarinz y creo recordar que Manuel, nos dejaron hasta otra ocasión.

Los cinco magníficos, seguimos la ruta, ganábamos de nuevo altura poco a poco, para llegar a la famosa “valla” de la discordia, una valla en medio del camino impide a los paseantes y ciclistas seguir su ruta, pero a nosotros solo nos ocasionó el tener que ingeniárnoslas para buscar el paso que “los animales del campo” realizan en la valla para poder pasar.

Tras recorrer un tramo de pista en muy buen estado, tenemos que buscar otra vez el paso en la valla para salir, en esta ocasión la valla esta llena de parches y pegotes, puestos por un sitio y por otro, unos soldados, otros atortillados y otros enganchados con alambres, vaya tela. Pero “siguiendo los rastros de alguna cabra montesa” pudimos saltar de nuevo la valla. Los más increíble de todo es el cartelito de parque natural que hay a un metro de la valla, y encima cara adentro, vamos, que para leerlo tienes que venir de dentro de la finca o pegarte a la valla.

La valla nos robo solo unos minutos de conversación, pero enseguida nos olvidamos del tema y disfrutamos del paisaje y de la conversación, yo iba atento a las explicaciones de todos, especialmente a las de Fermín, que me describía los lugares por los que íbamos pasando y los que se veían en la lejanía.
La pista bajaba y como durante casi todo el camino nos acompañaba el sonido del agua que discurría por los arroyos, llegamos a uno en el que una fuente afloraba, y en esta ocasión aprovechamos para llenar los bidones, esta experiencia no sé cuando la volveremos a disfrutar, porque según Fermín, en pocas ocasiones lleva agua.
Paco posando
Los kilómetros pasaban y pasaban, unas veces tiraban Lolo y Paco, y otras me juntaba con ellos, Fermín y nuestro compañero venezolano iban un poco más retrasados, Fermín quería ir tranquilito, ya que va a ir a Ronda y no quiere pasarse de vueltas.
¿dónde estamos?...¿dónde vamos?...
 
En una de las duras subidas me adelanté con Lolo y Paco, y decidí tirar un poco solo, la verdad que este tramo de pista era largo y tiraba bastante “parriba” cuando faltaba poco decidí parar y aprovechar para tomar un pequeño tentempié, al poco rato llegaron Lolo y Paco, nos abrigamos un poco porque parecía que iba a llover y esperamos la llegada del resto. Fermín fue el primero en llegar, nos dio el gps y dijo que siguiéramos, que nuestro compañero el bolivariano venía un poco tocado, ellos atajarían por un cortafuegos para de nuevo enlazar con nosotros o quedar en la venta en la que finalizaba la ruta.
esto nunca lio veremos...
Según subíamos, las vistas resultaban más impresionantes, de ver toda la costa malagueña en dirección oeste, pasamos a ver la parte norte de los montes de málaga, torcal de Antequera, y finalmente las Sierras de Tejeda y Almijara con su cumbre más emblemática y alta de la provincia, La Maroma.
Pero antes de esto, nos quedaban kilómetros que patear, después de una pista en forma de herradura en la que apreciamos el cortafuegos por el que más tarde pasarían el resto de nuestros compañeros de batalla, Paco nos enseñó la venta en la que finalizaba nuestro “paseo” de casi 50km., cerca parecía la cosa, pero el camino giraba y giraba para adentrarse de nuevo en el monte y perder de vista nuestro objetivo final, vimos el final del camino por el que se supone que saldrían el resto de la expedición, y seguimos bajando y bajando, sabiendo que tendríamos que ganar todo lo que habíamos perdido y algo más.
Cuando llegamos al fondo de la vaguada empezaba una ligera subida, que poco a poco ganaba y ganaba altura. En una de estas vimos fugazmente a nuestros compañeros y nos quedamos más tranquilos, pues no sabíamos si el venezolano se había recuperado o el hombre del mazo le había dado otra vez.
Lolo y Paco llegando
Nosotros tres llegamos a la Venta del Lobo y lo celebramos con unas fotos, y disfrutando de unas vistas estupendas de Comares, Canillas, La Maroma, Torre, y una infinidad de pueblos, estuvimos esperando un rato para acomodarnos en la mesa y disfrutar de los estupendos manjares que servían en esta Venta. Después de un rato de conversación llegaron los componentes de la kedada, y aun hicimos un rato de espera para que llegara la mujer de nuestro valiente venezolano, un simpática malagueña que alegró aun más la estupenda comida, que fue el colofón a un día estupendo.
escoltado por Lolo y Paco en la Venta del Lobo

platos de los montes al completo...pedazo avituallamiento

el mejor momento...una buena compañia con buena comida


No hay comentarios:

Publicar un comentario