viernes, 20 de junio de 2014

9º Edición Kosta trail 2014


Tenía ganas de ir a esta carrera, al fin y al cabo es mi tierra y muchas de las zonas de carrera las he recorrido en mis tiempos “jóvenes”. Pero de todos los días que vengo en vacaciones, o a ver familia y amigos, no ha coincidido es finde.

Aunque el recorrido lo han cambiado, creo que todos los años, me hubiera gustado más salir de Las Arenas y terminar en Sope o en Plentzia, pero la verdad el recorrido de este año me ha gustado muchísimo.

Pensaba ir en metro, pero al final me decidí por el coche, tardé más en aparcar que en llegar a Sope, a las 8,30 el en ambiente era estupendo, un abanico multicolor empezaba a llenar toda la plaza del Ayuntamiento donde tendría lugar la salida, y la llegada tras cubrir los 30km. y 2.400m acumulados.
Después de sacar alguna foto para el recuerdo y dejar la ropa en consigna, troté un poco por las calles cercanas, viendo como crecía el número de corredores y de marchadores, éramos casi 500 corredores y 3500 marchistas, vamos una pasada.

Este año por suerte el tiempo acompaño, se preveía en principio alguna gota, pero “na de na”, disfrutamos de un sol durante toda la carrera, en algunos momentos apretaba de lo lindo, pero la sombra en los lugares de monte y, la brisa marina, suavizo la cosa un poco.

Salí más ancho que largo con mi camiseta de Peña Guara, no podía hacerlo mal, aunque desde la semana pasada que corrí la Integral del Tozal de Guara no me había puesto las zapatillas.
ambiente en la salida
A las 9 se da la salida, me pongo en segunda o tercera fila, pero en cuanto salimos me voy quedando atrás, todavía queda mucho, y no me conozco el terreno.
Nos dirigimos hacía el monte Munarrikolanda, un bosque en las que el olor a eucalipto no te ayuda a sufrir menos en las durísimas rampas que te encuentras, esto se junta con alguna bajada que no es que sea técnica, sino que la podemos considerar “peligrosa”, debido a que no sabes donde meter el pie, son sendas estrechas y con mucha pendiente, en las que los surcos del agua las hacen difíciles de bajar, algún corredor vemos que lo va sufriendo en sus propias carnes.
primeras rampas
En el primer avituallamiento probamos por primera vez una “jarabe” de bebida isotónica que te “abre el apetito”…¡que asco!, pero las sales, con este calor y humedad, van a hacer falta, así que, traguito de jarabito y agua para matar el sabor.

Después de 10km. y de haber pasado el bosque de eucaliptos y pinos, con sus dos avituallamientos, unas rampas de impresión, sobretodo de subida, y atravesado un bunquer iluminado “románticamente”, nos dirigimos a lo que es en esencia la Kosta trail…la kosta bizcaiana.

Entramos, valga la redundancia, en un tramo de asfalto, en el que curiosamente había estado el día anterior paseando con la familia, en esta ocasión era otra cosa, el ritmo era vivo y me dejaba llevar por el ritmo de un corredor en el acercamiento a la costa, coincidimos con centenares de marchistas que nos animaban sin parar cuando pasábamos a su lado.
Ya estábamos tocado los acantilados de la costa, la vista era impresionante, ¡que recuerdos!, en la lejanía veía los corredores hacer los dientes de sierra por la costa y me hacía la idea de lo que me esperaba, ya íbamos en busca de la playa de Azkorri y La Salvaje, que pasada de bajadas, alguno seguro que se ha dejado el tobillo o algo más.

Los senderos son estrechos, y en algunos tramos, pequeños socavones, agujeros y algunas raíces, hacen más “divertido” el camino, también hay que decir que muchos de ellos, los más peligrosos, están indicados por uno de los muchos voluntari@s que jalonan cada cruce, desvió, o cualquier otra incidencia que pudiese existir.

El correr atravesando la playa es una pasada, prácticamente de lado a lado, lo malo que después de una vertiginosa bajada a la playa, viene una corta, pero empinada subida, en la que te ibas quedando con las múltiples marchas de zapatillas y calcetines de los corredores que te preceden, por cierto, localice a uno que llevaba mis mizuno, y llegué a la conclusión de que los calcetines más utilizados, son los Kalenji…
Tras disfrutar y sufrir un poco por los preciosos acantilados, nos dirigimos a Plentzia, pasando antes por un pequeño bosque de Barrika ,en el que si no recuerdo mal, estaba la rampa más dura de toda la carrera, pedazo paredón, las zapas patinaban y todo.
Atravesamos un pasarela entre la ría de Plentzia y los humedales, que nos deja cerca de la estación de tren del último avituallamiento, aquí, dos corredores con los que he venido haciendo la goma desde el último avituallamiento, me indican cuando les paso en una bajada, que vaya tranquilo, que quedan unas cuantas “cuestecitas”, les hago caso y bajo un poco el ritmo, que por cierto no era muy alto.
La verdad, sí que quedaban cuestas, pero el final estaba más cerca, y ya no importaban las cuestas, estaba disfrutando mucho con el recorrido, las vistas, el tiempo, aunque no voy a ser masoca, ¡tenía ganas de llegar…!
Nuria en los últimos senderos
Empezó una bajada divertida por un bosque con un sendero zigzagueante y estrecho, con multitud de lianas, arbolitos en medio, en el suelo, vamos “mu mu divertido”. Entramos nuevamente en el asfalto, con una rampa para soltar los músculos, apenas dos kilómetros nos separaban de la meta, corro unos metros junto a un corredor que kilómetros atrás me paso en una baja como un ciclón, muy majete, y fácil de distinguir por sus características rastas y perilla, le animé a seguir, pero dijo que tirara, un saludo y “pa lante”, en este último tramo pasé a seis o siete corredores, los kilómetros y el cansancio hacían mella, a mi, no es que me sobrasen fuerzas, pero al no conocer el terreno, salí con cuidado, y esta vez, al contrario de la semana pasada, tenía algo de pitera para llegar corriendo, atravesé la meta de 3:11, no esta mal para el estado de forma que tengo, acabe muy contento y, con ganas de tomar una cerveza, que esta vez no pude tomar, no había en el avituallamiento de meta, me tuve que conformar con acuarius caliente y agua.
Tras saludar al rasta que acababa de llegar, cojo la mochila y voy en busca de las piscinas, donde nos podemos duchar, no es que estén cerca, pero después de lo que llevamos…
Por el camino me saluda efusivamente como si me conociese un corredor, su cara me sonaba, pero no sabía de que carrera, y me indica donde estan las duchas, resultó ser Walter Becerra, el ganador, un chicote muy majete.
Después de la ducha me puse a esperar la cola para darme un masaje, cuando llegué no había prácticamente nadie, pero después de la ducha ya se había llenado, la gente es un poco guarra, a nadie le gusta masajear el sudor de nadie, no cuesta nada ducharse y quitarse la mierda de encima, así facilitamos la labor a esta gente que en muchas ocasiones lo hacen por amor al arte.


En resumen, mañana estupenda, con un ambiente, un tiempo y unas vistas espectaculares, un montón de gente animando por todos los sitios, un mogollón de voluntarios en los avituallamientos, en todos los cruces y sitios problemáticos, muy bien marcado por cierto. En lo negativo, tan solo intentar que hay algo de bebida no tan caliente, no la pido fresquita, pero por lo menos a temperatura ambiente, sobretodo el “jarabe ese” y como no, ¡unas cervecitas por favor…!


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1 comentario:

  1. Buenas....veo q la Kosta te fue bien no?? Me alegro. Este verano nos veremos por Villarcayo?? no se si sabras q hay el 30n de agosto en Espinosa de los Monteros una de 52km...ya me imagino q estes al orden de esta carrera. Saludos

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