Como siempre partimos de Siétamo, esta vez el equipo
completo, y con un acompañante de lujo, Oscar Plasín.
Nos presentamos en la Villa de Aínsa poco antes de las
19.30, tiempo suficiente para coger los dorsales, saludar a varios compañeros
de fatigas y preparar el buzo de trabajo para la carrera.
A las 20.30 habíamos quedado para cenar, pero la gente se
iba retrasando, así que mientras aprovechamos para ver si la cerveza es tan
buena como dicen…
Sobre las nueve estábamos casi 20 comensales dispuestos a meter
algún hidrato de carbono en nuestro organismo para sobrellevar lo mejor posible
la “excursión” del día siguiente. Buena comida, buena conversación, y además en
buena compañía, el café y el carajillo, lo dejamos para otro día, la hora de
salida de la carrera hizo que muchos desistieran.
A las cinco de la mañana deberían de haber sonado los
despertadores, pero como siempre el oxigeno no es el mismo en todas las
habitaciones, ya desde mucho antes se empezaron a oír ruiditos de todo tipo.
Después de acicalarnos un poco, nos presentamos en la zona
deportiva donde disfrutamos de un desayuno y aprovechamos para saludar y
sacarnos varias sesiones de fotos con el numeroso grupo de Peña Guara que
acudió a la carrera, éramos tantos que siempre faltaba alguno, durante la
carrera era raro dar una patada a una piedra y que no apareciese alguno.
estudiando a sus rivales |
Pasado algún minuto de las seis de la mañana, salimos del
campo de fútbol, con una temperatura perfecta, buscando nuestro primer destino,
El Pueyo de Araguás. En estos primeros kilómetros adelanté posiciones para
poder correr tranquilo en los sube y baja del g-19, pasamos Araguás y se iban
haciendo grupitos de corredores, pude compartir conversación en uno de ellos
antes de llegar a Laspuña, y la verdad se te pasa el tiempo y los kilómetros que
no te enteras.
Nos presentamos en el primer avituallamiento de Laspuña, en
poco más de una hora, los primeros habían pasado hace menos de diez minutos,
creo que íbamos un poco rápido, el año pasado me pego una pájara subiendo a
Tella por ir como un loco a Lafortunada, así que a partir de aquí me lo tomé
con más tranquilidad, en este tramo corrí solo, menos los últimos dos o tres
kilómetros en los que pillé a un tren de unos diez corredores.
En el avituallamiento de Lafortunada, aproveché para
recargar bien, y pasarlo lo mejor posible en la primera subida, eché en falta a
Ramón sacando fotos en las primeras cuestas como en años anteriores, pero
seguro que no estaba quieto.
Salí tras Javisa que prácticamente no paró, ya lo hizo en
Laspuña durante un buen rato. La verdad subimos bastante bien, nos dieron
alcance la pareja de Sarrios, Victoriano y Ondieva, que máquinas, están como
unos toros, bueno… como unos Sarrios, aparte, no se pierden ni una, claro su
compañía no duró mucho, se esfumaron en poco tiempo.
Llegué más o menos bien al Dolmen de Tella, y por su puesto
mucho mejor que el pasado año, ¡ah!, y por cierto, el dichoso Dolmen todavía no
lo he visto, y eso que esta vez he intentado hacer por verlo, pues nada, tendré
que repetir otro año.
La subida a Portiello se me hizo un poco más dura, pero más
o menos lo supe llevar, el avituallamiento de la Fuente del Trucho, antes del
paredón final viene de cine, me tomé mi tiempo para beber y picar algo antes de
volver a las andadas.
Tras hacer cima, nos separaban casi cinco kilómetros de
bajada, bonita para correr, técnica en algunos casos, y muy agradable en las
inmediaciones de Bielsa.
un turista en Bielsa |
Una larga parada en Bielsa, punto final para los
maratonianos, el cuerpo tiene que recargarse para evitar el pajarón del pasado
año en la subida a la Cruz de Guardia, en las primeras rampas estuve
acompañado, con todo el cariño, de un “giputxi”, buena compañía, y conversación,
recibiendo consejos de lo que nos esperaba, ya conocía la carrera, y buenas
también las indicaciones que me dio para la Ehunmillak, pero la compañía no
duró mucho, su ritmo era más atrevido que el mío, y poco después de que nos
pasara la ganadora del pasado Ultra de Jaca, Esther Arias, se fue distanciando.
Pero a pesar de la dureza, no lo llevaba mal, pensaba en lo
que sufrí hace dos años y, esto me daba ánimos. Tenia ganas de salir del
bosque, porque aunque el calor caería a plomo, vería la última rampa, la rampa
final, la rampa de los “zombis”…, en todas las carreras hay una, y en esta estaba
Ramón para dar constancia de ello con su cámara.
que voy |
por fin |
Llevábamos 51 kilómetros, lo peor ya había pasado, quedaba
una preciosa bajada, que en otras circunstancias hubiera disfrutado de lo
lindo, pero estas malditas ampollas que no se me acaban de ir desde la carrera
de Gavín, y que hasta ahora las llevaba bien, las quería seguir manteniendo
alejadas, así que me tomé la bajada tranquilamente, tuve una grata compañía en
algunos momentos, Txema, un corredor de Huesca, que me debe seguir por el blog,
me acompañó en muchos tramos en la ultima parte de la carrera, Bielsa-Plan.
Martin llegando a la Cruz de Guardia |
El avituallamiento de Serveto, fue uno de los mejores, todos
fueron buenos y esperados, y los voluntarios súper amables, pero en este, los
ánimos ante los dos últimos repechos, y sobretodo, el agua súper fresca, te
daba el último “txute”, para afrontar nuestra caída a Plan.
no somos nada |
Hasta Gistaín, tuve de nuevo la compañía de Txema durante un
buen rato, pero al bajar me tenía que controlar, el cansancio también hacía
mella y la falta de kilómetros en estos últimos meses se tiene que notar en
algún momento.
En Gistaín, agua fresquita y buenos ánimos del voluntario,
un chavalote majísimo, parece que te conociera de toda la vida, así da gusto,
los ánimos hacían falta, porque la baja hasta el “banderín rojo de Grifote”, se
hace pesada, ese asfalto…, menos mal que el “coche escoba” de la media maratón
pasaba en ese momento, una chica y una chico, creo que era el joven de 14 años que
quería hacer la ultra, ya tendrá tiempo de “sufrir”.
Una pena no poder disfrutar en todo su “esplendor” de la
bonita y rápida bajada a San Juan de Plan, pero bueno, no nos vamos a quejar,
las voces de los “spikers” ya se oían desde hace tiempo, pero ahora sí que
estábamos realmente cerca, auque la pista que nos separaba de la meta tras
cruzar el río Zinqueta, se hacía un poco larga, algunos se venían a bajo y no
tenían ganas de correr, otros te pasaban dándolo todo, y otros íbamos
tranquilitos, pero sin pararnos, no vaya a ser que se acabara la cervecita
fresca en la que venía pensando desde que salí de Bielsa.
La entrada de meta, espectacular, animada “graciosamente”
por los “spikers”, 10 horas y 11 minutitos, dos horitas menos que hace dos
años, el calor ha sido clave para rebajar los tiempos, el ganador, el súper
maquina, después de pasar una noche romántica bajo la luna de Guara, Roberto
Anés, rebajo en 40min., el record del recorrido de hace dos años.
Martin que grande eres |
La otra mitad del equipo de Sietamo runners, Martin, también
acabo en un tiempo fantástico, 11 horitas, que saben a gloria, después de los
problemas físicos que ha tenido estos últimos meses. Resaltar también los
tiempazos del superChalenger, Oscar Plasin, sexto, y con el tobillo como una
bola de villar, y como no, la del abuelo Javisa, 55,95 años.
En esta carrera no competitiva, los tiempos y las posiciones
son lo de menos, no se ven grandes sprines en la recta de meta, y sí, mucha
gente llegando abrazada o con las manos unidas. Después de la llegada lo que
nos apetece es darnos una duchita en ese aaaaaagua del pirineo, lastima que nos
quedamos sin bañito en la piscina, y después, disfrutar de una comida de
verdad, no es por desprestigiar los “estupendos, exquisitos y variados geles”,
pero donde esté una longaniza y ese yogurt casero…
Aunque en mi caso, aproveché antes para dar trabajo a los de
Podoactiva y que me repasasen “Miss Ampollas 2013”.
ultra Sobrarbe 2010, Martin tirando hacia Biados |
llegando a Biados, con los aplausos de Bergua, que recuerdos |
Nada más que decir, solo agradecer, como siempre en todas
las carreras, pero en esta ocasión, más aun, ya que el cariño con el que este
club y las gentes de toda esta comarca ponen, es increíble, se respira un
ambiente único, que contagia a todos los participantes que año tras año,
llegamos a Aínsa. Esta fue mi primera ultra, todavía me acuerdo de mi llegada a
Biados, allá por el año 2010, Martin fue el que me animó a participar en estas
chaladuras, y si no llega a ser por él no lo hubiera conseguido. Este buen
recuerdo del ambiente que se respiraba, de los preciosos lugares por los que pasamos
y, de los macarrones que tome después de una ducha, que sé que estaba fría,
pero que me debió de sentar tan bien…
Hasta pronto, un Allegador más.
66 km y 3900m+
Carrera de las buenas. Estupenda crónica.
ResponderEliminarMartin
Enhorabuena Carlos...y a la otra mitad también que en esta ocasión no sufrio tanto.
ResponderEliminarY bonitas imagenes de mi pueblo!!!
Gracias por tu cronica me ha hecho sentir como si la hubiese corrido. 2 horas de mejora, enhorabuena, y seguro que con menos sufrimiento (excepto esas ampollas). Alli mas o menos nos conocimos hace dos años. Espectacular como coronais las cumbres los de Sietamo, esas fotos de Ramon son magnificas. Un abrazo. Supongo que volveremos a coincidir en alguna, que solo os veo en las fotos...
ResponderEliminarVais los dos a Ehunmilak semana que viene ? Mucha suerte, paciencia, humildad y fuerza, sera dificil pero quiero veros sonreir en las fotos.
ResponderEliminarExcelente crónica Nos vemos por esas cimas..
ResponderEliminarMe he dado cuenta que nos conocimos hace tres años, no dos, UTS dos.
ResponderEliminarSí orni, como pasa el tiempo, parece que fue ayer cuando escuchamos ese jabato por la noche. NOs acordamos de tí este viernes al hacer parte de esa ruta y con ese pequeño susto...
ResponderEliminarun saludo