miércoles, 31 de julio de 2013

CIRCULAR RIO Y ACEQUIA CHILLAR – RIO HIGUERÓN


25/07/2013

Ya llevaba más de una semana sin salir a hacer una tirada larga desde la Ehunmilak, y tenía ganas de ver como iba. Había quedado con Paco, un amigo de Velez con el que suelo hacer una salida por la zona de la Axarquía cada vez que vengo de vacaciones, y esta vez me había preparado una salida…fresquita, el calor no está para aventurarse. Aun así, quedamos prontito, a las siete de la mañana nos dirigimos a Nerja, punto de partida de esta espectacular ruta.

Supongo que sobre las 7.30 empezaríamos a correr, no llevo reloj, como siempre, y solo gracias al móvil puedo hacer cuentas y sacar las horas de paso por los diferentes sitios.
hasta aquí llega Huesca...
Después de dejar el coche detrás de la barrera, lugar por cierto prohibido, al parecer el coche se debe de dejar antes de empezar el carril de cemento, ósea, en las urbanizaciones.
Empezamos a correr ya por el cauce de río Chillar, en los primeros metros, por inercia intentas no mojarte pero enseguida te das cuenta de dos cosas, una que al final te vas a mojar sí o sí, y, otra que con lo que refresca y divertido que es ir por encima del agua, es mejor no preocuparse. Además, en esta ocasión las plantillas no se me iban a estropear, me las olvidé e iba sin ningún tipo de plantillas, por cierto, apenas lo noté.
al fondo se intuye por donde va la acequia

Bueno dejándome de rollos, los primeros metros sobre el río fueron chulísimos, yo nunca había estado en esta zona de la que tanto había oído hablar, y además a estas horas no había nadie, como digo, corrimos por el cauce del río disfrutando del paisaje y entrando en calor, cuando ya estabas con un ritmo cómodo, tocaba tirar de riñones. Salimos a nuestra derecha por una senda junto a la tubería que baja de la acequia con la que deben producir electricidad.
por este filo corrimos algo más de 5km.
La subida no era muy larga pero te ponía en tu sitio, ganábamos altura rápidamente para por fin dejar de subir al llegar a la acequia.

A las 7.55 ya estábamos sacándonos las primeras fotos en la acequia, hasta ahora no había sacado ninguna foto por que creía que volveríamos por el mismo sitio, gran error.
La ruta seguía por el borde de la acequia, no apto para gente que tenga vértigo o poco equilibrio, estuvimos sobre 45 minutos corriendo sobre el borde de la acequia, con sus variantes, zonas cubiertas, agujeros, saltos por cambios de altura y curvas, zonas deterioradas, ramas que se metían en la acequia, saltos por ramas, etc. Y lo peor es que a un lado tenias la acequia con su agua fresquita, a la que en un momento dado no te importaría caerte, pero al otro lado, en el mejor de los casos una buena caída y en la mayoría una caída volada. Aunque la verdad solo miraba para abajo cuando me paraba a disfrutar del paisaje, el resto del camino prefería mirar a mi compañero que lo tenía delante. Decir que la final te cansabas de estar tan pendiente de donde pisabas, ya que el “camino” era muy estrecho y se te hacia un `poco monótono seguir la “línea”.
que me caigo...
En muchos lugares me hubiera querido “retratar” pero no se trataba de hacer una marcha dominguera, ya habría otra ocasión. En varios sitios podías apreciar a lo lejos el lugar por donde discurría la acequia, era increíble por donde teníamos que pasar. En uno de los lugares donde paramos a hacer una foto nos plantamos de morros con una Cabra Montesa con su cría, bajaron por un sitio que te quitaba el hipo.   
en este lugar vimos las cabras
Sobre las 8.40 salimos de nuevo al cauce río Chillar, el lugar del desvió, no estaba muy claro, pero el lugar de referencia, son unas ruinas, bueno al parecer hasta hace poco debían de estar en pie y ahora solo quedan un montón de piedras, junto a ellas unos cuantos árboles, digamos, plantados por el hombre, y por supuesto la cercanía del río.
abajo, el barranco del río Chillar

¡que fresquita!
En un primer momento, intentamos seguir un camino, pero finalmente salimos de nuevo al cauce por el que aparte de ser más fácil de correr, era más divertido y refrescante.
Paco de nuevo en el Chillar

Hasta ahora el astro Rey no lo habíamos soportado, apenas unos cuantos metros por el cauce y ya nos teníamos que desviar por una senda a mano derecha, se acabo el agua, hasta nuestro próximo objetivo, el río Higuerón, nos separaban un par de collados, creo que teníamos que atravesar la Sierra de Enmedio.

En esta parte del recorrido tuve que parar alguna que otra vez, el Sol lo sentimos en alguna que otra ocasión pero durante poco rato, y dada la hora que era, apenas te hacía sentir ganas de echar un trago. Durante este tramo, también disfrutabas de unas maravillosas vistas, e ibas viendo los lugares por donde discurría la acequia que habíamos seguido kilómetros atrás.
Las subidas que teníamos que salvar no eran demasiado duras y en las bajadas podías disfrutar mucho, sobre todo en la bajada final al cauce del río Higuerón, en este lugar nos encontramos con una cartel de otra ruta que llevaba a Nerja pasando por la Fuente del Esparto, con unas inacciones sobre su recorrido y alguna mediada de seguridad para los “paseantes”.
Aquí paramos unos cinco minutos para tomar algo y probar el agua que bajaba por la acequia, otra acequia, pero en esta ocasión, no corrimos junto a ella.
acequia en el cauce del Higuerón
a beber...

Enseguida el cauce llevaba agua, que nuevamente mojaba nuestros pies, disfrutabas como un niño, en estos tramos pasabas por unos sitios preciosos, esquivando ramas, pasando por túneles de vegetación.
A las 9.45 ya estábamos pasando por debajo del pueblo de Frigiliana, una suerte tener tan cerca del pueblo este sitio tan maravilloso.
Pasamos por el Pozo Batán, un pozo que se utiliza para riego y donde debe estar prohibido el baño, aunque parece que algunos no lo deben respetar.
Los siguientes 10-15 minutos, fueron los más divertidos de toda la ruta, en lugar de seguir un camino para salvar los saltos de agua, nosotros seguimos el cauce y bajamos por unos saltos y unas oquedades que me recordaban al descenso de algún barrando de la Sierra de Guara, ahora el agua ya te mojaba bastante más que las zapatillas, algún tobogán hacía peligrar la integridad del imprescindible móvil, y te hacía recordar años más jóvenes.
Pero lo bueno pronto se acaba, y cuando estabas metido en harina, el cauce se abría y te devolvía poco a poco a la civilización, en lugar de correr por un cauce bastante ancho y que escondía su liquido elemento bajo sus entrañas, salimos por una pista junto a un casa de campo a nuestra izquierda. Esta pista te hacía tirar de nuevo un poco de riñones para ir ganando altura, y nuevamente bajar hasta el río Chillar pasando por un montón de casas de campo y algunas con una categoría “ligeramente” superior.
Sobre las 10.10 llegamos al coche, nos esperaban tres personas, una de ellas debía de ser algún guarda forestal o algo así, que nos informó que no se podía dejar el coche donde lo habíamos dejado y menos aun después de la barrera, que era donde lo habíamos dejado, al parecer el día anterior habían roto el candado para poder pasar para recoger a alguien, y por eso estaba la barrera abierta.
Bueno, para otro vez ya lo sabemos, aunque ya había un montón de coches aparcados, supongo que se llevarían alguna “receta”.
Otro de los que estaban allí era un corredor conocido de Paco, que estaba esperando a Canal Sur para hacer un reportaje en el Chillar.

Bueno, en resumen casi 2h45m por un lugar bastante agradable, sobretodo para el verano, pero que también habrá que probar en otras épocas del año. Muy recomendable, aunque por la acequia debemos tener un poco de cuidado, aunque creo que se debe poder seguir por otro camino, si seguimos subiendo pasando la acequia, debemos salir más o menos al mismo sito, río arriba en el Chillar

Decir que no vimos a penas a nadie, solo en los últimos tramos, y ya en el cauce del río Higuerón, nos cruzamos con algún “homoguiris”, esta especie es más madrugadora y le gusta salir al campo apenas sale el sol, otra especie más abundante el “homoiberico” es más raro de ver a estas horas y por estos lugares, es más fácil verlo a horas más tardías, ya que es de hábitos más nocturnos y le cuesta madrugar, sobretodo en época veraniega, y se suele ver en lugares de más fácil acceso y más concurridos y “domingueros”.



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