sábado, 20 de julio de 2013

EHUNMILAK, IV edizioa. !ALLEGADOR¡




Increíble, pero cierto, soy “allegador”, casi no me lo creo.



Esta aventura, que se puede calificar de locura, por las diversas circunstancias, los pocos kilómetros que llevaba, poco más de 1000km, la última semana en blanco por unos problemas en la rodilla, hace apenas una semana, en una salida nocturna a Nocito desde Vadiello, y después de tomar una cervecita en la parada técnica no podía casi dar un paso, sobretodo en las bajadas y los terrenos irregulares, el dolor era enorme, me pasé la semana en blanco y me hice una Eco, que confirmo que no tenía nada grave a simple vista, pero el médico me recomendó que no fuese a ninguna carrera, y menos cuando le dije el tipo de carrera que era, ya que si tenía algo muy leve seguramente me acabaría saliendo, pero claro yo…salí de Siétamo a las 9 de la mañana dirección a Beasain.



Me planté sobre las 12.30 y nada más ponerme en la cola de los dorsales me saluda el querido Roberto Rodrigo, me hizo mucha ilusión encontrármelo, coincidí con él en el Raid de Pirineos del pasado año, y ahora también nos toca estar a los dos casi solos.


Después de recoger los dorsales y demás, preparamos las bolsas para la carrera, y nos acercamos al Palacio de Igaztza para degustar una estupenda comida ofrecida por el Hotel Dolarea, como digo sensacional, abundante y variada, arroz negro, arroz y pasta en ensalada, caldo, verdura, yogures, brazo de gitano, frutas y bebidas, vamos, apto para todos. Una vez llenado el gaznate, y con una calor considerable, acerqué a Roberto a su “aparkalekua” y me fui al mío que estaba en el Instituto, estaba un poco más lejos del lugar de salida, pero tenia duchas en el lugar, y apenas estábamos diez furgos, acabé de plantear las mochilas y me eche una cabezada con el resto de campers en el pabellón del insti que se estaba muy fresquito.

interior del comedor del Palacio Igaztza


Poco después de las 16.30 y después de darme una ducha fresquita, me acerqué al pueblo para dejar las bolsas de corredor. Mientras buscaba a Roberto me saludo un chico con el que coincidí en el ultra de Xerta, charlamos un rato y me comentó que iba a correr la “corta” porque estaba recién operado de varices y se estaba recuperando, otra sorpresa fue encontrarme con Miguel Notario coincidimos hace casi 20 años en Huesca, como pasa el tiempo, además con Miguel me fui encontrando durante toda la carrera.

posando, detras...el txindoki


Ya por fin coincidí con Roberto, estuvimos cambiando impresiones, sacándonos unas fotos y compartiendo los últimos instantes para afrontar todo un reto que no sabia sí podría llegar a buen fin, sobretodo por el temor a que la rodilla no respondiese.



Una txalaparta y unas danzas dan paso al cohete de salida y ¡pum!, ya no hay vuelta atrás.

ellos bailaban ahora, luego nos tocaría a nosotros...

no queda nada...

En los primeros kilómetros, el calor y la humedad hacen que sudes a chorro, pero los kilómetros van pasando, disfrutando del paisaje, nos llueve un poco y las tormentas eléctricas nos rodean ,llegamos bien a Mandubia, primer control de los 16 que había en la carrera, y que era la mejor forma de planteársela, pasito a pasito, después de unos sorbos de Gatorade y agua en abundancia, por el calor, el avituallamiento estaba bastante animado, mucha gente que te daba si cabe, aun más calor todavía, seguimos nuestro camino a Zumarraga, eran casi las 9 de la noche, parada para picar un poco y llamar a la mujer para dar noticias y recordarme que cuando esté mal, que abandone, yo, claro, estoy perfecto…



Ya nos habíamos chupado casi 2000m de desnivel positivo, algo era. Tocaba ponerse el frontal para afrontar 750m positivos para llegar a Gorla, con tormentas a nuestro alrededor hace ya un rato, que bonito, menos mal que apenas nos han mojado unos minutos, aunque el tiempo no me preocupa demasiado, voy más pendiente de la rodilla, que de momento no me impide correr, pero noto que no esta del todo bien, reservo en las paradas. Antes de las 11 llego al tercer punto de control, un chico de la organización me saluda y me dice que si no me acuerdo de él, tras unos segundos de duda, caigo que compartí algunos ratos del ultra de Sobrarbe, y precisamente en la parte más dura, después de comer algo me doy una crema en la rodilla, haber si voy aguantando.



He pasado los 30km, una pequeñez para lo que queda, pero yo solo pienso que la rodilla aguanta, y que voy a por el cuarto control, Madarixa, 14km con unos 500m de positivo y otros tantos negativos, la verdad costaron más de lo que pensaba. Cuando llego a Madarixa llevo ya siete horas de camino y 43km, llamo a mi mujer para decirle que voy “bien” y que hasta que amanezca no la volveré a llamar, como algo y les digo a los de la cruz roja si me pueden dar algo para la rodilla, me vaporizan con reflex, este olor me va a acompañar durante bastante rato de esta aventura.



Pasadas las 3 de la noche llegamos a Azpeitia, que envidia, deben estar en fiestas y la gente te anima bastante, entramos en un pabellón donde está el avituallamiento, me tomo entre otras cosas un gel, y se me antoja una cerveza al ver a otro corredor tomándola, claro, con limón, me entra de maravilla, aunque la comparto con otro corredor, esto me deja como nuevo, pero antes de salir me paso para que me den un poco de crema en la rodilla.



He compartido algunos tramos de carrera con algunos corredores, y vuelvo a juntarme con ellos de nuevo, la rodilla ha pasado a segundo termino, en la bajada a Azpeitia, le he dado una patada a una raíz y tengo el dedo gordo del pie que me va a estallar, supongo que la uña pasará a mejor vida, pero ¡joder! lo que duele. Esto también se me olvida en los 13km y los 1000m+ que me separan de Zelatun, se me hizo eterno y duro, ya empezaba a sufrir, pedazo subida, un@ pareja me pasa a buen ritmo y no les veo el dorsal, han subido para animar y ver como amanece, la verdad es precioso ver amanecer, a pesar del cansancio aun puedo disfrutar de estas cosas, el último kilómetro de bajada hasta el avituallamiento retengo bastante la rodilla, una pena ya que se podía haber disfrutado de lo lindo corriendo junto a las ovejas latxas, me tomo otro caldito, son las seis de la mañana y que puedo hacer a estas horas, si no hay huevos fritos…



Ya pienso en Tolosa, y la ducha que me voy a pegar, más de 1000m de desnivel en bajada, no puedo disfrutar mucho de la bajada por la rodilla, el cansancio y sobretodo por que en algunos tramos el terreno resbala bastante, están marcadas varias piedras y raíces con spray, llego a Tolosa corriendo, km77, dando ánimos a un corredor que llega y va reventado, en Tolosa ducha, cambio de ropa, bueno, me quedo con las mismas zapatillas, y con el mismo pantalón, me confundí, y en lugar de coger mi “pantaloncito rojo” me llevé el bañador rojo de mi hijo, talla 12, y claro todavía me faltan algunos kilómetros para que me entre…después de comer, por cierto muy poco, lo cual me pasara gran factura más tarde, dejé la bolsa de corredor ,y me saludo y dio recuerdos, para orni, el dorsal 203… -que si me acordé, Paco-.





El punto siguiente, Jazkue Gaina, km87,es agradable, se puede correr y la luz del día acompaña, recibo la llamada de mi mujer y paso un buen rato con los voluntarios del avituallamiento, aprovecho para sacar una foto con el Aizkorri a mis espaldas, aunque esto tardará en llegar, antes queda algo tanto o más duro, el Txidoki.


cuando saqué la foto, no parecia "na"...


Pero todavía tengo que hacer los 9km que me separan de Amezdeta, punto fatídico para la carrera. Aquí nos comunican que es posible que se pare la carrera en cualquier momento, amenazan tormentas, y la noche anterior la g2haundiak no pudo subir, de momento nos dejaba pasar, bastante tenía yo, estaba reventado, casi llevábamos 100km, hablé con mi mujer para darme ánimos y decirla que quedaba lo más duro, comí algo y intenté tomar un gel, casi vomito, nunca me había pasado, pero alguna vez tenía que ser la primera.



El calor apretaba, 12km y casi 1800m+ me separaban de Uarrain, que largo se me iba a hacer, casi desde el primer momento sufrí de lo lindo, se me hizo eterno, eterno, menos mal que tuve la compañía en muchos momentos de Luis, un excelente compañero de viaje que desde este momento y hasta la menta compartió mi camino, en muchos tramos, además de la mucha gente que bajaba ya de la cima, mujeres, niños, gentes de todas las edades, hasta alguno con la bici.

Tuve que parar varias veces para tomar algún trocito de barrita, y de paso acordarme de lo mal y poco que había comido en Tolosa, esto no me pasa más…

Pregunté si había alguna fuente por el camino, unos me decían que una, otros que dos o tres…yo seguro que encontraría las tres, y ya creo que las encontré, que buena estaba el agua, es uno de los mejores recuerdos que tengo de la carrera, las fuentes con agua tan fresquita, solo de pensarlo se me hace la boca “agua”, pare en más de ocho fuentes que pude pillar durante toda la carrera, no se me olvidaran cuando vuelva a pasar por esos lugares.



Bueno, vuelvo al tema, que me voy, lo pase bastante mal subiendo al Txindoki, en el control de paso no nos dejaron subir y bajar la última “tachuela”, como la noche anterior a los de la g2haundiak, seguimos y el tramo que nos separaba de Uarrain se me hizo más largo todavía, pensaba que ya estaba cerca el avituallamiento e iba seco. Pero además dos chicos de la organización que venían en dirección contraria iban diciendo a la gente, que iban a cortar por la tormenta, nos comentaron a Luis y a mi que seriamos los últimos, menos mal que pasamos, debieron de dejar pasar a tres o cuatro más, que suerte, pero que mala suerte no tener ya a casi nadie detrás, por lo que pueda pasar y con todo lo que quedaba…una larga noche.

Aun tuvimos que subir y bajar un buen tramo, y de terreno técnico, ya iban avisando las temidas y olvidadas ampollas, cuando llegué al avituallamiento iba exhausto, 108km, quedaban 60km, una ultra Sobrarbe, mejor no pensarlo, mejor pensar que hasta Lizarustí, el siguiente punto de para, es todo bajada.



El recorrido es agradable, y encima con otro par de fuentes que te dejaban como nuevo, pasamos por un lago que te hacia llevar mejor los kilómetros, aunque el calor era sofocante, los últimos km., aunque muy bonitos, se nos hicieron muy largos, una breve parada, el calor en la carpa de avituallamiento no se podía aguantar, y las ganas por llegar a Etxegarate y ducharme me hicieron no plantar el culo mucho.

Salí solo, con muchas ganas y pensando en mi duchita, no vi a Luis y pensé que había salido, aunque en realidad estaba curándose unas ampollas. Este tramo era bastante agradable para correr, aunque me paré bastantes veces, hablé con mi mujer, con Oscar Plasin, -Martin, se que también me llamaste, pero la cobertura estaba fatal y decidí no coger más el teléfono-, pasaron dos enfermeros buscando a un corredor que se había caído, me paso Miguel Notario, un viejo conocido, y también Luis, al que creía más adelante.

El terreno era agradable, un bosque en su mayoría de hayas, al que no entraba mucha luz, así que el calor se llevaba mejor. Pero por fin llegamos a el punto 12, 130km y última parada “grande”, llegados aquí no se podía abandonar, aunque algunos tristemente lo harían.

Me cambié de ropa totalmente, de zapas también, aunque esta vez tuve que pedir una toalla, los de la cruz roja me dejaron una supersabana, después de estar limbito, unos macarrones, un caldito, algún que otro picoteo y salida para afrontar los 9km hasta San Adrián, con toda la noche por delante.

Este tramo lo compartí con más gente, y fue más agradable y llevadero, aunque al final me quedé con Luis, los otros llevaban un ritmo muy fuerte, y otros se quedaron por detrás, menos mal, es mejor tener gente por atras, nunca se sabe. Alguien nos dijo que llegábamos en media hora, será recién levantado, porque nos costó hora y media desde que nos lo dijeron. Aquí había ambiente y gente animando, vaya ganas, bueno, aunque eran las 12 de la noche, una buena hora…para comerte un buen filete y lo que venga…



Ahora quedaba lo más duro, la foto posando con cara de felicidad y el Aizkorri en de fondo se iba a convertir en realidad. Si en el Txindoki estaba reventado y me costó subir, aunque luego en llano y bajando sí que podía correr algo, aquí la cosa fue peor, estaba destrozado, no podía dar casi un paso, me iba quedando sin fuerza poco a poco, me tambaleaba y por momentos temía caer, me tenía que parar para beber y tomar pedacitos de barrita, menos mal que iba con Luis, él me esperaba subiendo por si me caía, y yo lo haría bajando, él tenía miedo a torcerse un tobillo y como no debía venir mucha gente detrás, mejor era ir acompañado. Para colmo bajando, la luz del frontal me molestaba, tenía que parar y apagar, era la segunda noche, y creo que me estaría quedando dormido, porque también veía cosas “raras”, por momentos tenía que acelerar bajando para tener fija la vista y así engañar a la mente, aunque finalmente busque un riachuelo para refrescarme un poco la cara, lo pasé bastante mal.

en el fondo Aizkorri, no sabia lo que me esperaba...




Como digo la subida al Aizkorri se me hizo dura, no recuerdo que en Zegama me costara tanto, encima parte de la bajada era supertécnica y lo único que hacías era cargar las rodillas y darle tute a las ampollas, pero todo pasa y coronamos, y bajamos, y bajamos, y llegamos al refugio de Oazurtza, tuve que ponerme una manta para no quedarme frío, comí poco, porque aunque estaba desmallado no me apetecía gran cosa, me lleve una buena bronca de Luis por no comer –luego dices que estas muerto -, decía, y tenía razón.



Pero de aquí a meta ya solo quedaban 20km, quien lo iba a decir, ahora aunque fuera arrastrado, pero sabíamos que íbamos a llegar, sí o sí.



Nuestro objetivo Mutila, -700m de desnivel y 10km, un paseo, que no lo fue tanto, nuestro ritmo desde hace tiempo, era de velocidad “un p’lante dos p’tras” , ósea, que a este paso no se cuando íbamos a llegar, ya llevábamos varios tramos de carrera así, esto lo que hacia era que creyésemos que llevábamos recorrida más distancia de la real, y al llegar al pueblo de Zeralain, no encontrábamos las cintas que nos llevaban al avituallamiento, estuvimos buscando un buen rato y nada de nada, por fin vimos unas cintas que salían del pueblo, y Luis le pareció reconocer el lugar donde estaba, pero era la luz de una casa particular, miramos el road book y nos dimos cuenta del error, el pueblo del punto 15 era Mutiloa y no Zeralain, decidimos seguir las cintas que salían del pueblo, un poco cabreados, pensando que llevábamos mucho mas de 10km, a algún sitio llevarían las cintas, no podíamos habernos pasado ningún cruce y haber atajado, la duda la llevábamos con nosotros, porque después de andar un buen rato, bajar, cruzar un río, pasar por una casas en las que seguro que estaría el avituallamiento y no estaba, veíamos que salíamos por una carretera, -era imposible, nos han engañado con la distancia-, pensábamos. Definitivamente paramos, saque el teléfono y llamé a la organización, les expliqué más o menos donde podíamos estar, aunque no nos aclarábamos del todo, si me quedó claro que había que pasar Zeralain y seguir adelante, así que a las 6.15, ya amaneciendo nos plantamos en Mutiloa, ya era hora.



Una señora de la cruz roja me embadurno con reflex por toda la pierna, casi sin pedírselo, comimos algo, poco por cierto, con la consiguiente bronca de nuevo de Luis, y a por los 10 últimos kilómetros.



A nuestro paso, lo hicimos todo prácticamente andando, Luis no podía correr mucho hace tiempo, y aunque me dijo que tirase p’lante hace tiempo, le contesté, que me daba igual llegar una o dos horas antes, que ya que habíamos pasado juntos lo peor, y ya seguiría a su lado hasta la meta, para llegar juntos, tardamos 2h20 en llegar a Beasain, casi el doble de lo normal, pero contentos y corriendo en el último tramo, como unos campeones, y con todo el sol dando de pleno, no tenía ni la menor idea de la hora que era, como siempre no llevo reloj, instantes antes de llegar me dijo Luis que eran las 8.30, me dio una alegría enorme, pensaba que era mucho más tarde, finalmente a las 8.45 nos plantamos en Beasain, 38h43m para recorrer 168km y 11.000m de desnivel positivo, y otros tantos de negativo, que también cuestan lo suyo.



No me lo podía creer, cuando hace una semana apenas podía dar un paso con la rodilla, el cuerpo es un misterio, aguanta más de lo que pensamos, pero esto me sirve para aprender y no desafiar tanto al destino, tengo que prepararme más, no puedo confiar tanto en “por cojones voy a terminar”, tarde o temprano el cuerpo dirá basta, no puedo plantarme con 1000km en lo que llevamos de año y después de una semana parado y con la rodilla como la llevaba, e intentar afrontar esta carrera, no es necesario sufrir tanto por no ir un poco mejor preparado, no se puede ser tan inconsciente…bueno de todo se aprende, aunque no sé, el año pasado me pasó lo mismo con el Raid de Pyrinnes.

con Luis


Bueno, aquí no acaba la aventura, Luis me acerco al insti, donde tenía mi furgo, nos sacamos una foto y nos despedimos…me pegue una ducha y a dormir, antes llamé a la mujer para decirla que estaba vivo, me devolvió la llamada sobre la 13.30 y claro ya me levanté, bajé al pueblo y apenas había ambiente, al haber cortado la carrera, mucha gente ya se había ido el día anterior.



Compré algunos dulces para la familia y me comentaron que en el poli había picoteo y masajistas, cuando llegué ya solo quedaba el picoteo, pero me comentó un chico que en el poli había una zona de saunas y piscinas relax que eran una pasada, así que cogí el bañador talla 12 de mi niño y aunque me costó me lo enlaté, vaya pasada, me quedé como nuevo, cochorros y burbujas por todos los sitios, tuve que salirme porque me iba a quedar tan relajado que luego cualquiera volvía a Siétamo.

Tras esto un par de pintxos y una cervecita sin, y de vuelta para la Villa, tuve que parar dos veces porque me estaba quedando dormido, pero al fin llegué a mi querido sofá.



Como siempre, agradecer a los más de 1000 voluntarios por llevar a buen termino esta carrera, es difícil tener un año lluvias a saco, y otro un enorme calor y con tormenta eléctrica, a veces se tienen que tomar decisiones que supongo que no gustan a todo el mundo, pero la seguridad creo que es lo primero, por lo menos cuando dependemos de otros. La verdad, se portaron muy bien con nosotros, estaban muy pendientes, sobretodo de que bebiéramos, insistían mucho en este tema, con algunos me reí montón, esto hacía que se llevase la carrera mejor.



Saludar y dar ánimos a los corredores que no pudieron acabar porque se tuvieron que retirar, casi 100, y a los casi 100 que les pararon la carrera, todos lo intentamos y sufrimos, somos unos campeones.
 
con Roberto Rodrigo antes de salir


En especial saludar a Roberto Rodrigo, que esta vez no lo vi en toda la carrera, y fue uno de los que retiraron, a Miguel Notario que lo perdí de vista pero he visto que llegó poco después de mi, a Pablo Apesteguia, el dorsal 203 amigo de Orni, que me saludó y me dio recuerdos para Paco, y que he visto que tuvo que retirarse en Etxegarate, al corredor con el que coincidí en Xerta, que no recuerdo como se llama y no se como le ha ido, espero que bien, y finalmente a Luis Alberto Nuñez, mi compañero de viaje durante muchos kilómetros, que no me acordé ni de pedirle el teléfono, un saludo y animo a todos…









4 comentarios:

  1. Cojonera!! Me has traido muchos recuerdos, genial lo tuyo y a recuperarse pronto.

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  2. Cojonera los dos, y Luis y Pablo y todos. Eres mi idolo Karlos, la proxima vez que te vea te pedire un autografo. ENHORABUENA !!!

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  3. Enhorabuena!! Increíble resistencia y excelente narración.. Vaya machada en todos los aspectos Felicidades a ti y a todos los participantes

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  4. Me alegro mucho por ti Carlos
    Un saludo,
    Javier U.

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