26-27/07/2014
Pedazo Ultra, no creo que exista en España uno tan duro,
desde luego es el más duro en el que he participado.
Tengo ganas de volver el año próximo, pero con un poco de
entreno sobre las espaldas.
Después de echar una mini siesta en casa y preparar la
mochila, salí de Siétamo con la cama ya montada en la furgo. Dos horas largas
de coche, y ya estaba en Benasque, tuve suerte con el parking, y lo dejé junto
al polideportivo.
Cogí el dorsal y saludé a Martin que llevaba todo el día en
la organización revisando mochilas, fui a cenar un poco, un bocata de tortilla
y una coca cola, me cambié, ya eran las 10 de la noche, y entre una cosa y otra
solo quedaban dos horas para la gran aventura.
Pasamos el control y ya estábamos dispuestos a pasar el
finde subiendo y bajando caminos alrededor del Aneto-Posets.
Van llegando los conocidos, Javisa, Lorente, Melet, Lorenzo,
el incombustible Roberto Rodrigo y por supuesto Martin. Cámaras, fotos y
flahses, anuncian que falta poco para la salida, y así es, son las 12 y
comenzamos, nos abrimos paso por las calles de Benasque con los aplausos del
numeroso público, familias, amigos o simples turistas, hacen más fácil la
salida durante los primeros km. algunos no hemos encendido el frontal, un mal
presagio, estas pilas de 2x1 no valen “na”.
Las conversaciones de cachondeo hacen que poco a poco entremos
en calor, la compañía de Melet, Lorente y Javisa, es muy grata.
Llegando al primer punto de control me distancio un poco,
pero sufro un percance con el cortavientos y tengo que parar, esto hace que
vuelva a “sufrir” su compañía.
Más aplausos en Llanos del Hospital, llevamos 600m subidos y
aun nos quedan casi 500m para llegar la primer avituallamiento, La Renclusa,
agua, isotónica, un poco de sólido y empezamos la marcha, ya que te quedabas
frío. Unos lugares increíbles, no se por donde voy, subo, bajo, pasamos por
ríos, sobre ríos y a través de ríos, muy bonito, y en muchos casos divertido,
en otros casos un poco pesado, pero esto no se hace todos los días, buena cara
y a disfrutar.
Vamos ganando altura, los bloques de piedra son
interminables, un corredor nos dice que se ha hecho daño, algunos le dicen que
queda poco subida y luego es todo bajada, pero ¡a dónde?, a la nada, otros le
decimos que mejor de media vuelta, creo que nos hizo caso.
Llegaron los temibles neveros, y no era para menos, unos sin
equipar y otros con escalones y cuerdas, cada uno pasaba como podía, en fin,
con cabeza y un poco de cuidado se pasaban bien, y de noche todos los gatos
son…
Melet y Lorente |
super Javisa |
Pasamos Salenques, la bajada estaba equipada con cuerda, a
mí en alguna ocasión casi me tiran, pero daban seguridad al bajar. Llevaba un
rato con la sola compañía de Javisa, pero en la bajada cuando amanecía dimos
alcance a Melet y Lorente, pudimos “divertirnos” bajando un nevero con el culo,
como niños, un poco de cuidado y por fin dejamos los tan temidos neveros.
Más bloques y llegamos al control del valle, de nuevo otra
subida en busca de otro colladito, 2700m y otra vez para abajo, pasamos junto
al Estansys d’Anglios, y antes de subir al collado con el mismo nombre se van
alejando poco a poco los tres peña guara.
Llegué arriba reventado, ahora tocaba bajar al Ibón de
Llauset y avituallarse bien, aquí me encuentro de nuevo con mis compañeros que
salían ya, no les volvería a ver hasta Benasque.
El calor poco a poco iba haciendo acto de presencia, las
vistas eran impresionantes y entre aliento y aliento levantaba la cabeza para
observar el paisaje que nos rodeaba.
Me estaba tomando la subida a Ballibierna con calma, alguna
paradita para beber agua y ya veía la última pala, un último nevero para llegar
con foto incluida de Ramón.
Desde aquí hasta Benasque todo era bajada, en los primeros
momentos aún pude correr con la compañía de algún corredor, unos cuantos
bloques, alguna senda, algún ibón y unos arroyos, para plantarte después de un
último tramo, de medio pista con piedras sueltas, en el largo e interminable
tramo de pista que me dejará en Benasque. Todo largísimo y bastante pesado, estaba
cansado, con tanto calor, que hice prácticamente todo el tramo de pista hasta
Senarta andando, quitando algún tramo que compartí con un “guiputxi”.
Cuando llegué estaba Melet y cía, iban a salir, pero yo me
quería duchar, cambiar y comer, así que eso hice, una horita entre una cosa y
otra.
Pasadas las tres salí de Benasque con un calorazo que tira
“pa tras”, pero con mucho ánimo y ganas
de seguir.
Durante el trayecto hasta Eriste me crucé con un montón de
corredor@s. Los ánimos eran mutuos, pero a mi me daban alas para seguir.
Corrí en varios tramos, pero en Anciles ya fui andando hasta
Eriste, donde nos esperaba el avituallamiento para afrontar un tramo que ya
conocía, hacía una semana que habíamos estado marcando el recorrido. Quería
llegar a la bajada del collado de La Forqueta
de día, para pasar los neveros.
Poco a poco voy ganando altura, todavía me cruzo con algún
corredor de la Maratón, llego a la pista más cansado de lo que pensaba, y
agotado al parking, aquí paro a comer y beber un poco, cuando llega un “guiputxi” y me dice si
puede subir conmigo, le digo que por supuesto, pero no estaba muy seguro de
seguir, su hermano acababa de abandonar en Eriste, le digo que en caso de duda
mejor que no siga, queda mucho y hasta Biados no le van a poder evacuar en caso
de que esté mal, decide abandonar y baja con un coche que se iban en ese
momento del parking, creo que fue una buena elección.
Yo continuo hasta Orus, antes me cruzo con el escoba de la
Maratón y con una chica que me pasa como si nada, creo que era una trabajadora
del refugio, voy peor de lo que pensaba, pero voy, que no es poco. En el
avituallamiento me tomo un caldito y alguna cosa más, creo que no lo
suficiente.
Todavía era de día, sigo subiendo, me paro para beber, y
respiro un poco para ver la belleza que tengo a mí alrededor, sigo para delante
como puedo, todavía se ven corredores a mi alrededor, antes del desvió al
Posets, un corredor me pregunta si puede ir conmigo, gustosamente acepto,
esperamos también a un amigo suyo que viene detrás. Subidas y subidas, el
paisaje de 10, esto hace que mantengamos las pocas fuerzas que quedan.
Después de cruzar uno de los muchos arroyos, otro corredor
que venía detrás se une a nosotros, aunque en un principio parecía desistir
nuestros consejos para cruzarlo, pasamos junto al Ibón de Forqueta, precioso
por cierto, rodeado de varias tiendas de campaña, esto junto con los pequeños
neveros que lo rodeaban, le daban un aspecto envidiable, daban ganas de
quedarse, pero había que darse prisa para subir la pedazo pala que nos separaba
del collado, la niebla se estaba echando encima.
Llegamos arriba con los ánimos de los fabulosos, como hasta ahora,
voluntarios, que estaban soportando el viento frío que soplaba, bajamos sin
perder tiempo para aprovechar las últimas luces sobre los tres o cuatro neveros
que nos quedaban.
Los pasamos sin
problemas, la bajada ya era pan comido. Fuimos encendiendo poco a poco los
frontales, el mío no iluminaba nada, la bajada era larga, en algún tramo
incomoda, y no iba aguantar con esas pilas, tuve que pedir que me dejaran un
recambio, Jorge uno de mis acompañantes me las dejó y pude seguir bajando.
La bajada la hicimos sin gran complicación, hasta que casi
llegando a Biados, antes de cruzar el río, en un giro a la izquierda quise
indicar el camino correcto al corredor que iba delante y me golpee contra una
roca al agarrarme para no caerme, me clavé el puño entre las costillas y la
roca, respiré profundo y vi. que no era nada grabe, no me había de haber pasado
nada, y pude seguir, hasta el día siguiente no me molestó, pero a día de hoy me
duele cada vez más, quizás tenga que ir al médico.
Bueno sigo con la batalla, llegamos al refugio de Biados,
aproveché además de para comer, poco, una vez más, para comprar unas pilas,
eran chinas, pero la verdad, iluminaban bastante.
Desde aquí se me hizo eterno, largo, cansado, tuve que
pararme varias veces a comer y beber, estaba agotado, me faltaba “gasolina” no
era problema de piernas. Tenía que haber comido más.
Pero llegamos al collado de Estos, los voluntarios otra vez
de 10, indicaciones precisas para bajar a Estos, aunque esto no hizo que fuera
el tramo que más largo se me hizo, -no puede ser, teníamos que haber llegado,
ya, - dijimos todos en más de una ocasión.
Supongo que el primer tramo, en el que avanzamos poco y
despacio, hizo que los metros apenas sumasen a los que nos faltaban para llegar
al refugio. Último avituallamiento, salimos destino a la cama de la furgo, que
ya me esperaba echa y todo, solo pensaba en eso, hicimos todo el tramo hasta
Benasque prácticamente andando, yo habría corrido, la comida que había tomado
estaba haciendo efecto, y esto junto con las ganas de llegar me daba alas, pero
creo que menos David, el resto no estaban por la labor, no era cuestión de
irnos solos, ellos se habían portado muy bien conmigo al esperarme en mis
continuas paradas y ahora me tocaba a mí.
Amaneciendo nos acercamos a Benasque, y poco antes de las 7
de la mañana entramos, recibiendo los aplausos de los voluntarios. Después de
entregar el chip, nos íbamos a ir, pero Joan, uno de mis acompañantes, dijo si
no nos iban a dar nada por acabar, el de los chip no sabía nada, pero unos
chicos que había cerca nos dijeron que creían que daban una camiseta, el del
chip insistió en que el no sabia nada, pero otro de mis compis vio unas cajas,
y efectivamente, ahí estaba nuestra camiseta “finisher”, con esto ya nos fuimos
más contentos a descansar…
Nos despedimos hasta dentro de unas horas, yo me duche en el
poli y a la camita, hasta que el calor me levanto para dar mis primeros pasos
de finisher por Benasque, saludos a los Peña Guara que me cruzaba a Martin que
acababa de llegar de escoba con los últimos valientes, y que dijo que se lo
pasó pipa, también me encontré con David, uno con lo que finalicé que estaba
paseando con sus crías.
Peor yo lo que tenía ganas era de ir a casa, así que después
de tomarme una cervecita con unas gominotas emprendí el viaje de regreso a
Siétamo, bastante pesado por cierto, tuve que parar un par de veces a tomar una
coca cola, el cansancio quería apoderarse de mi, y casi lo logra…
Organización perfecta, voluntarios de 10, envidia me daban
algunos por los lugares en los que estaban, siempre atentos y con una sonrisa
como respuesta, el recorrido y entorno precioso, salvo algún tramo de pista,
pero de todo tiene que haber.
Buen futuro le espera a esta prueba, que será selecta con
los corredores.
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