2-3/10/2010
Preciosa mañana para la disputa de esta bella “carrera” por el Somontano para los 300 valientes que partimos pasadas las 9 de la mañana del bonito pueblo de Alquézar. Otra vez nos encontrábamos los dos de Siétamo dispuestos a superar una aventura. Tras una procesión por el pueblo nos dirigimos al puente de Villacantal donde me separé de Martín, y por el lecho del barranco de Lumos llegamos al pueblo que Asque donde disponíamos del primer CP y de las garrafitas de 8 litros de agua, tras una bajada al molino de Alquézar y un bonito “paseo” por las pasarelas llegamos de nuevo a Alquézar donde nos pudimos refrescar con la sandia y las naranjas, y también con los ánimos del público, y en mi caso de mi mujer y mis niños a los que me hizo mucha ilusión ver. Cargado de ánimos emprendimos la subida a las balsas de Basacol, una subida bonita y un poco dura al final pero que todavía se podía disfrutar ya que el calor no apretaba demasiado.
Desde aquí a la Virgen de la Viña donde teníamos el tercer CP y avituallamiento, la verdad se me hizo un poco larga pero tras unos tragos de agua emprendimos una bonita bajada en la que se podía correr por una senda muy bien acondicionada para futuros paseos con la familia, aquí coincidí con dos Jordis (que espero que finalizasen) y con el mejor cronista y fotógrafo de estas “paseos por el campo” Don Ramón Ferrer que nos hizo unas fotitos y que nos abandono en el Tranco de las Olas para darse un bañito como Dios le trajo al mundo.
Aprovechamos para disfrutar de esta maravilla de la naturaleza y para coger fuerzas ya que para llegar al CP 4 tuvimos que sufrir bastante y si hasta aquí el calor había obligado a retirarse a más de uno aquí creo que fueron muchos los que decidieron dejarlo. Subí un trozo de pista con la compañía de uno de los Jordis, del solo se que llegó a Rodellar y no se si abandono. La verdad se me hizo muy duro, llevaba la rodilla izquierda fatal y en las bajadas no podía apenas correr.
En Rodellar me aposenté en una silla, bocata, agua y una pastilla de Paracetamol que creo que me ayudo más psicológica que físicamente. Aquí empezó otra carrera, después de sufrir un poquito en la bajada al barranco del Mascún empezaba una subidita en las que a pesar de sufrir avanzaba bastante rápido al no molestarme la rodilla. El pueblo de Otín se acercaba y mí mente confusa creía que había un avituallamiento pero el segundo Jordi al que vi pasado Otín me saco de dudas y me dijo que nos quedaba un poquito para el siguiente CP en Letosa. Aquí no sabia que comer si las “exquisitas” barritas o uno de los sucedáneos” de geles, finalmente me decidí por unos frutos secos. En este tramo hasta las Bellostas apenas me encontré con ningún corredor tan solo al salir de Letosa me pasó un corredor de Motril al que vi más tarde y que era sorprendente ya que en las bajadas iba rapidísimo y me pasaba pero en las subidas se quedaba totalmente clavado y claro aquí le sacaba bastante ventaja (no lo volví a ver hasta bastante pasado el Mesón de Sevil).
En la entrada del pueblo de Las Bellostas me encontré con un corredor que iba bastante mal –le dije que no se preocupará que el año anterior había un puesto de Protección Civil o de la Cruz Roja y que daban masajes, se le ilumino la cara, pero cuando llego…- a pesar de todo y de que solo había agua en el CP la gente era muy amable y los ánimos que nos dieron sustituyeron al caldo que dieron el año pasado (aunque algún vecino del pueblo creo que hizo un avituallamiento “paralelo” con platanitos y caldito. Tras beber agua y preparar la mochila para la noche, colocando las pilas de repuesto y el frontal más a mano partí al collado Pedro Buil en el que solo vi dos “almas”, este tramo fue un poco aburrido ya que empezaba a caer la noche y la mente no se podía distraer con el paisaje y tenía que ir atento a las piedrecillas a las que de vez en cuando pegaba alguna patada y que se llevarán en los próximos días dos o tres uñas. En el collado me puse la prenda de abrigo y tras un trago de agua salí pitando tras cuatro franceses con los que estuvimos jugando al “gato y al ratón” ya que nos íbamos pasando unos a otros en función de la pendiente (en las bajadas me pasaban y en las subidas les pasaba).
Cuatro o cinco kilómetros antes de llegar al Mesón de Sevil se oían unas voces y una turuta –en un primer momento pensé que eran cazadores- y cual fue mi sorpresa al ver al todo poderoso Teo, me quede alucinado al verlo, es algo increíble que capacidad tiene, si no es compitiendo, es de hombre escoba y si no dando ánimos en medio de la nada y dándonos algún “remedio” para entrar en calor y levantar los ánimos, Aquí de nuevo me pasaron los franceses –creo que alucinaron con Teo, pasaron muy deprisa,,,no se fiaban. En el Mesón tras el trago de agua de rigor cambié las pilas del frontal ya que si me quedaba sin pilas por el camino y la poca gente que veía no se como me habría ido la pelea con los “positivos y los negativos”. La bajada del Mesón se me hizo eterna al no poder correr casi nada por el dolor de la rodilla. Volvieron a pasarme los franceses y el chico de Motril con el que fui un rato comentando los avatares de la carrera, pero cuando la pista se puso cara abajo se despidió hasta el próximo repecho.
De nuevo pasamos por el CP de la Virgen de la Viña donde pasé sin apenas parar, eran más grandes las ganas de llegar que las sed, empecé a correr un poco por una senda muy bonita –a pesar de la oscuridad- y que por momentos parecía que se perdía por un camino sobre roca, y pasé por última vez a los franceses y vi por última vez la lucecita roja del compañero de Motril.
En el avituallamiento de Radiquero las ganas por llegar me privaron de un buenísimo chocolate que nos ofrecieron, pero me tuve que conformar con un baso de agua y a por los cuatro últimos kilómetros, una subida por una pista bastante buena en la que aproveche para llamar a la mujer y contarla que ya estaba chupado, a un paso ligero acabe de subir los últimos metros para emprender la bajada final y llegar a Alquezar a la 01:34 con un tiempo de 16:24 y conseguir la tan espera camiseta Finisher que creo que me la pondré poco, la enmarcaré bien para acordarme de estos casi 100 kilómetros tan bonitos y que tantas experiencias casi todas positivas me han dejado.
Para ser la segunda ultra después de la de Sobrarbe que era en dos etapas y también la primera vez que paso de los 60 kilómetros, estoy muy contento. El ambiente de estas carreras es lo mejor, el compañerismo que existe entre los participantes es inmejorable y en este caso como en otros eventos de este tipo la organización y los voluntarios que con su aliento nos animan a seguir acudiendo a estas pruebas.
No podemos olvidar la comida final que nos ofrecieron en un día casi de verano para poder contarnos las aventurillas que cada uno habíamos pasado.
Enhorabuena Karlos. Nos esperan más aventuras.
ResponderEliminarMartin
Me sacaste 33 minutos. Si lo se, acelero. Es broma, di todo lo que tenia. Tienes razon el ambiente de estas carreras es lo mejor. Un saludo para los korrikolaris de Sietamo City. Anima a Scof, la verdad es que hacer una ultra relleno de virus tiene que seer duro y fustrante, pero el tio lo consiguio...
ResponderEliminarEnhorabuena al comando Sietamo!
ResponderEliminarTu un pedazo de carrera y Martin, con lo jodido que iba.....¡¡¡tiene un meritazo tremendo!!
lo que te dice Martín, ¡os esperan más aventuras!
ah....cambia Rodellar por Radiquero.
Por cierto, Jordi (Xaus) se retiró en Rodellar, con calambres en las piernas. Prefirio no arriesgar alguna lesión y lo dejo. ¡¡pero lleva mucha guerra encima, es otro crak!!
Muchas gracias pero sin gente como vosotros muchos no nos hubiesemos animado a gastar tanta zapatilla.
ResponderEliminar¡ah perdón por el lapsus de Radiquero, ya está corregido, para otra vez pararé a tomar chocolaté y seguro que no se me olvida.